Introducción:
Cuando estés hablando con los perdidos, o predicando, si se presta la ocasión usa ilustraciones que se relacionen con las verdades bíblicas que estas tratando de decir; ellas te pueden ayudar a aclarar conceptos espirituales que tratas de comunicar.
Cuando Jesús hablaba con las personas, usaba ilustraciones, parábolas, analogías; él respondía muchas veces con preguntas y también hacia preguntas que lo llevaban a tener conversaciones acerca de las cosas de Dios.
Muchas de estas ilustraciones aquí fueron usadas por predicadores tanto de siglos pasados como del presente. Otras son originales de la Escuela de Evangelismo.
Estas ilustraciones han sido recopiladas por la Escuela de Evangelismo en Miami FL.
y las ofrecemos como un recurso gratuito para todos aquellos que sienten pasión por los perdidos. © 2012. Revisado © 2016 & © 2020
Para preguntas escribir a info@escueladeevangelismo.com.
Nota: No reproducir sin antes dejarnos saber.
ILUSTRACIONES DE EVANGELISMO
1. El Juez en la Corte (abreviada)
Al testificar de uno a uno podrás encontrarte personas que digan: Se que soy culpable, pero creo que iré al cielo. Normalmente esto es así porque ellos piensan que Dios es “bueno”, y que él sabe que todos fallamos así que él mirará sus mejores esfuerzos y pasará por alto el pecado. Pero puedes usar esta ilustración.
Imagina que alguien está ante un juez en un caso criminal, y el juez tiene todas las evidencias en su contra. Él sabe que la persona a la que está juzgando es un asesino, y que ha mentido para evadir la justicia, etc. Si él es un juez bueno él no puede dejarle ir. Él debe asegurarse de que si es culpable sea condenado.
Aplicación: Dios es un juez bueno, justo y recto en su manera de juzgar, él va a juzgar y condenar a los asesinos, violadores, ladrones, mentirosos, adúlteros, fornicarios, y todos aquellos que viven en rebelión a la luz interior que Dios le ha dado a cada hombre. Pero a diferencia de un juez terrenal Dios proveyó el pago por el malvado. Cristo vivió la vida de perfecta obediencia que Dios demandaba y puso su vida voluntariamente en pago por el impío. Y Dios le imputó a Cristo el pecado y el castigo y la muerte que nosotros merecíamos y al nosotros nos dios la justicia y la santidad de Cristo que necesitábamos para ser justificados ante Dios. Justificados por la fe tenemos paz para con Dios.
2. Las Leyes Naturales.
Al testificar de uno a uno también encontrarás a muchos que simplemente dicen: “Yo no creo en Dios”. Puedes empezar a razonar con ellos con esta ilustración:
¿Dime, estás de acuerdo que existen leyes físicas que gobiernan el universo, por ejemplo, la ley de la gravedad?
Observa, tengo en mi mano un lapicero y pronto lo voy a dejar caer. Yo puedo decir que no estoy de acuerdo con la ley de la gravedad y también puedo sentir profundamente que no me gusta tal ley y que de aquí en adelante no voy a poner atención a esa ley. Basado en esa creencia, puedo insistir que cuando suelte este lapicero que tengo en mi mano quedará en el aire cuando lo deje caer. Pero la realidad es que cuando lo suelte ciertamente caerá.
Ves, no importa mi opinión. La ley universal de la gravedad va a continuar a pesar de que alguien no crea en ella.
Aplicación: Es lo mismo así con respecto Dios, el hecho que no creamos en algo no quiere decir que no exista. Los Mandamientos son las leyes espirituales que reflejan el carácter de Dios y que Dios ha puesto en nuestros corazones. Si pensamos que violar los Mandamientos no tiene consecuencias eso no cambiará para nada la opinión de Dios. Dios se asegurará de que todos los violadores de la ley paguen por su desobediencia independientemente de cuál sea nuestra opinión respecto hacia las leyes de Dios. Ese es nuestro mayor problema pero, Dios hizo algo por los pecadores, algo que solo Cristo pudo hacer. Vivir la vida que deberíamos haber vivido y morir la muerte que nos merecíamos. El juez estuvo satisfecho con su pago por el malvado y quedó libre al solo confiar y voltearse en fe a este acto de amor. La Ley revela lo que yacía dormido, lo que negabas, lo cual es pecado. .... El momento en que se da un mandamiento de no hacer algo es cuando te das cuenta de que ese mandamiento solo puede condenarte a muerte porque, más pronto que tarde, volverás a meterte las manos en la cara, demostrando de nuevo que eres un pecador y no guardián de la ley, y que tu esperanza yace solo en la justicia imputada de Cristo Jesús.
3. No solo se tiene un conocimiento del paracaídas, te lo debes de poner y confiar en el. Las personas necesitan saber la diferencia entre “creer en Jesús” y “confiar en Jesús”.
“Si dos personas están en un avión, y saben que el avión está al caerse. Uno de ellos tiene puesto su paracaídas y él otro no; ¿qué es la cosa más amorosa que puede hacer por él que no lo tiene puesto? ¡Sería decirle que se lo pongas verdad!
Porque sabe lo que le sucederá si salta sin el paracaídas. Le diría que el paracaídas fue diseñado para salvarle la vida al saltar al vacío. Simplemente creer intelectualmente en el paracaídas no le ayudaría; se lo tiene que poner y confiar en él para que le sirva de algo.
Aplicación: “Eso es lo que dice la Biblia que Dios hace con todos aquellos que escuchan el evangelio, lo creen y confían en Cristo. Ellos se visten del Señor Jesucristo, porque dejan de confiar en su propia justicia y se voltean a Dios en arrepentimiento y fe en busca de misericordia, al creer en lo que Cristo hizo a favor de ellos como pecadores en la cruz. Esto es nacer de nuevo”. El arrepentimiento es ese voltearse a Dios de tus obras muertas de justicia, a la obra de Cristo en la Cruz, en fe, reconociendo que no te puedes salvar a ti mismo por mucho que lo intentes y que necesitas una justicia perfecta que está fuera de ti y no una que tu puedes construir.
4. El Valor de los ojos
Al testificar hay muchos admitirán: Creo que soy culpable y que voy a ir al infierno.
Pregúntale si esto le preocupa o no. Si te dice que no le importa puedes iniciar con esta ilustración tipo rompehielos acerca del valor de los ojos:
"¿Me venderías uno de tus ojos por $1 millón? ¿Qué tal los dos por $20 millones? ¿Nadie en su sano juicio lo haría–verdad? Tus ojos no tienen precio para ti, sin embargo, ellos son solamente las ventanas de tu alma. Jesús dijo que tus ojos no valen nada en comparación al valor de tu alma; él dijo: "Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos y ser echado al infierno" (Marcos 9:47). Él preguntó, "¿Qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma?” (Mateo 16:26). No hay nada más importante que tu salvación eterna. "
Aplicación: Cuando Jesús habló así de los ojos, él estaba diciendo una hipérbole, es decir, una exageración, para mostrarnos una gran verdad. Jesús subestima el valor de la vista en comparación al valor del alma y nuestro destino eterno final. Para Dios es de más valor el destino eterno de un alma que aun la propia vista de uno.
Si no vacilamos en ponerle precio a nuestros ojos, cuanto más debiéramos considerar nuestra salvación eterna. No existe nada más importante que tu salvación. El comparar el valor de tus ojos al valor de tu destino eterno es algo digno de considerar. ¿Pudiera compartir contigo lo que Dios hizo por ti en la persona de Cristo?
5. No Creo en camiones
En muchas ocasiones al testificar podemos encontrar personas que dicen: “Yo no creo en el infierno, o, …yo no creo que todo sea blanco y negro así como dices.
“Eso no importa, igual tendrás que morir y enfrentar a Dios en el día del juicio. Sea que creas en él o no, un día vas a morir. Si camino en una autopista cuando un enorme camión está dirigiéndose hacia mí y digo “ah... yo no creo en camiones…” mi falta de fe no cambiará la realidad.
Aplicación: Dios nos ha dado una ley escrita en el corazón y sabemos cuando hacemos lo malo y cuando no, porque nuestra conciencia nos acusa. Si miramos los mandamientos y podemos ver que hemos mentido, robado, cometido adulterio en el corazón, etc... y sabemos que Dios nos dio la conciencia para que pudiéramos distinguir entre lo que está bien y lo que está mal, independientemente de lo que alguien crea o no, Dios juzgará rectamente en el día del juicio conforme a su ley. Él demandará una justicia de la cual nosotros no somos capaces de dar, pero Cristo si se la dio al Padre, y es mirando a esa justicia que Dios nos cambia de incrédulos a creyentes; nos reviste con una justica que no merecíamos.
Cuando alguien dice: Yo no creo así como lo dice la Biblia, está haciéndose un Dios que se adapte a sus creencias.
6. Alguien pagó tu multa por exceso de velocidad
Puedes usar esta ilustración para reforzar la necesidad de ver el pecado, o cuando estés explicando la fe y que Cristo pagó su multa por haber violado la ley y que la justicia fue satisfecha en Jesucristo al pagar la deuda que teníamos:
Imagina si te dijera “tengo buenas noticias para ti”: alguien ha pagado tu multa de 10,000 dólares por exceso de velocidad. “Probablemente reaccionarías diciendo”
¿Qué estás diciendo? Esas no son buenas noticias, pues no tiene sentido. Claro, tú no crees que tengas una multa de 10,000 dólares por exceso de velocidad pues insinúo que has quebrado la ley; cuando en realidad no piensas que lo has hecho.
Sin embargo, si la noticia te la expreso de otra manera puede tener más sentido.
“Mientras tú estabas manejando hoy el radar de tránsito dejó registrado que pasaste a 70 Km. por hora en una zona donde hay una escuela de niños ciegos. Allí había 10 señales de tránsito que dejaban bien en claro que la velocidad máxima en esa zona es de 30 Km. por hora, pero seguiste a 70 Km. por hora. Lo que hiciste fue extremadamente peligroso, la multa era de 10,000 dólares; la ley iba a tomar su curso cuando alguien que ni siquiera conoces paró el trámite y pagó la multa por ti. Eres muy afortunado”.
Aplicación: De la misma manera, si solo te digo “Jesucristo murió en la cruz por tus pecados” te parecerá una locura y algo ofensivo porque estoy insinuando que eres un pecador cuando no piensas que lo eres. Pero abrir la ley divina, los Diez Mandamientos, solo te estoy mostrando lo que precisamente has hecho mal, que has ofendido a Dios al violar Su ley y que eres culpable y que necesitas a alguien que te pague la multa que tu no puedes pagar. Esto es precisamente lo que hizo Cristo, nos compró con su sangre a precio que nuestra justicia propia no podía pagar.
Estando nosotros muertos en delitos y pecados Dios nos regalo la vida en Cristo porque él vivió la vida perfecta que no podemos vivir, y si nos volteamos hacia él en reconocimiento de nuestros pecados y confiamos solo en su justicia perfecta, podemos ser justificados por la fe.
7. La ley ha olvidado patrullar la carretera
Si al testificar te encuentras a alguien que no se siente pecador o cree que él no está en peligro pues todos pecan igual que él, dile algo así:
A menudo un conductor puede pensar la ley ha olvidado patrullar la carretera porque todos exceden el límite de velocidad, transgrediendo así la ley.
Aparentemente todos saben que están haciendo mal, pero piensan que no están tan mal porque todos los demás están haciendo lo mismo.
Pero cuando la policía entra en la autopista con las luces rojas y azules e intermitentes el corazón del conductor se paraliza y palpita aterrorizado. Ahora él conductor no está tan seguro de que los otros conductores también estaban conduciendo a exceso de velocidad. Él sabe que él es personalmente tan culpable como cualquier otro, y tan solo pensar que sea él a quien atrapen lo pone nervioso. De pronto, su mera transgresión de exceso de velocidad ya no parece tan insignificante, ahora su delito se ha agrandado por la presencia de la ley.
Aplicación: Así les pasa a muchos, piensan que como la mayoría lo hace, el delito no es tan grave, y dicen: ¿Quién no ha mentido, robado, tenido un pequeño desliz en el pensamiento? Ellos saben que están haciendo mal pero como piensan que los demás lo están haciendo también Dios no los está viendo; no ven su pecado como algo tan grave pues piensan que todos lo hacen por igual. Pero cuando la ley de Dios revela a su corazón que él es responsable por su propio pecado entonces reacciona a la vida. La ley nos muestra la herida y el evangelio la sana. Nunca vamos a poder reformar nuestras vidas de tal manera que nos ganemos el favor de Dios. La ley solo nos muestra el pecado, nos tapa la boca y nos lleva a mirar la justicia perfecta de Cristo a nuestro favor en la cruz. Ahora confesamos nuestra maldad sin excusas.
8. ¿El Vaso de Agua o el puño de diamantes?
Muchas personas no le dan importancia al día del juicio ni al destino eterno. Esta ilustración puede aclarar un poco:
¿Si te ofreciera un puño de diamantes o un vaso bien grande de agua fresca y limpia, cual elegirías? Los diamantes por supuesto, ¿Quién en su sano juicio no lo haría? Pero si estuvieras arrastrándote en un desierto con los labios partidos, la lengua hinchada y muriendo de sed, y te ofrecieran un vaso bien grande de agua fresca y clara o un puño de diamantes, despreciarías los diamantes y dirías: dame el agua antes de que muera. Eso es lo que se conoce como “prioridades circunstanciales”; tus prioridades cambian de acuerdo con las circunstancias.
Aplicación: Ya sabes, un día vas a morir en este desierto llamado mundo; ¿Si hubiese la manera de cómo saber si hay vida eterna después de la muerte, te interesaría saber? Cualquiera en su sano juicio lo haría. Dios nos regala la vida eterna solo por gracia, por medio de la fe en la persona y la obra de Cristo, es un don de Dios; Dios primero nos mata con su ley para después abrir nuestros ojos para ver la obra de Jesús y reconocer así nuestros pecados y voltearnos a él en arrepentimiento y fe. En el día del juicio las circunstancias cambiarán radicalmente, gritarás: ¡Dios sálvame! Pero entonces será tarde. Dios nos da la vida eterna en Cristo. Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, sin él, sin su justicia imputada al pecador, todo esfuerzo propio es una ilusión, es caminar a una muerte segura.
9. El valor de lo robado
La mayoría de las personas no piensan que Dios considera robar como robar hasta que el valor de lo robado lo impresiona. Sin embargo, si yo abro tu billetera y saco un dólar solamente, soy un ladrón, y la Biblia dice que los ladrones no entrarán en el reino de Dios.
¿Qué cosa sería de tanto valor de ser robada para que no la consideres como un pecado? Jesús preguntó “¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Mateo 16:26). Considera esto: Sin un ladrón roba un banco y después devuelve el dinero no deja de ser un ladrón.
Otros ejemplos de robar:
Mentir al reportar impuestos; copiarse en un examen; llegar tarde o irse temprano del trabajo o tomar más tiempo de almuerzo de lo permitido; tomar objetos del trabajo como plumas, papel; hacer copias para uso personal.
Aplicación: Todos estos ejemplos son muestra de cuanto pecado hay en nuestros miembros, ninguno de nosotros tal vez pueda quedar absuelto en este mandamiento, en nuestra mente somos capaces de robar codiciar y de mucho más. El propósito de la ley no es que intentes ser mejor o reformarte, aunque ciertamente la gracia nos impulsa a ser agradecidos y querer obedecer, y produce cambios pero, la ley nos muestra nuestra maldad y la inmensidad de nuestras deudas para que corramos al evangelio a escuchar la palabra de perdón.
10. La medicina alterada.
Si al testificar te encuentras con alguien que no quiere aceptar todo el consejo de Dios, o tal vez con algún cristiano que no cree que se deba alarmar a la gente con palabras como pecado, día del juicio, infierno, arrepentimiento...etc... Pregúntale:
¿Si tú doctor te recomienda una medicina amarga para tu hijo, la mezclarías en un vaso de agua para que no sepa tan amarga y le darías a tu hijo una cucharadita de la mezcla adulterada? ¡No!, pues perdería todas las propiedades curativas.
Aplicación: De la misma manera, si elimino todo el consejo de Dios, encerrado en su santa ley, no solo te estaré ocultando toda la verdad por la que Cristo vino a este mundo, sino que no verás la necesidad de un salvador como él. La medicina amarga de la ley es buena porque te deja ver tu maldad y tu necesidad de curarte en el evangelio. La ley no te puede curar porque solo muestra tu enfermedad, ella es el doctor que te recomienda la cura, pero el evangelio es la palabra que da vida al pecador al creer en Cristo, ofrece el antídoto, la cura.
11. ¿Quién quiere subir?
Un hombre extiende una cuerda entre dos edificios altos y luego llama a la gente abajo. "¿Cuántos de ustedes creen que puedo caminar sobre la cuerda y llegar al otro lado?" Todos responden, "Sí, creemos."
El hombre llega al otro lado y luego dice, "¿Cuántos creen que puedo hacerlo en una bicicleta?" Todos responden, "Sí, creemos."
El hombre llega al otro lado de nuevo y luego dice, "¿Cuántos creen que puedo cruzar en la bicicleta con alguien en los hombros, quien quiere venir conmigo?" Todos responden, "Todos quedaron en silencio".
Aplicación: Hay mucha gente que dice que cree en Dios, pero en realidad no confían en aquel que los salvó. El creyente sabe que no puede cruzar solo por sus esfuerzos ni por su obediencia a la eternidad, él necesitan a un Salvador que lo rescate, que se ponga delante de él como su abogado. Cristo es ese Mediador que puso su vida en rescate por muchos. No es su obra y después nuestra obra, es solo su obra. En otras palabras, él ya nos cruzó del otro lado sin tener nosotros que montarnos en la bicicleta y ejercer una acto de fe. El nos salva, no por ninguna obra de justica que nosotros hagamos incluyendo la fe. La fe es dada como un regalo al nosotros ver que no es por nuestra obra sino que es por su obra.
12. La Venta Especial.
Cuando te encuentres testificando en un centro comercial o en otro lugar, pero parece que el mensaje de la cruz no tiene sentido para alguien, pregúntale algo así:
“Si tu tienda preferida estuviera ofreciendo un descuento del cincuenta por ciento en toda su mercadería hoy, ¿comprarías algo?”
“Por supuesto que sí”. Casi todos responderán.
“¿Y si ofrecieran el noventa y nueve por ciento de descuento en algunas de las prendas?”
“No solo compraría cosas para ti, ¡sino para tus amigos también!”
¿Pero si te estuvieran dando el cien por ciento, que harías?
Aplicación: “Si estás dispuesto a aceptar un descuento del cincuenta, noventa y nueve por ciento por una prenda de vestir, ¿por qué” no habrías de aceptar una oferta del cien por ciento de descuento sobre todos tus pecados - pasados, presentes y futuros - lavados por la sangre de Jesucristo?” La Biblia dice que somos salvos por gracia, por medio de la fe, y esto no es de nosotros para que nadie se gloríe. La salvación no es noventa y nueve por ciento Dios y un porciento nosotros, no, es un regalo de gracia, gratuito y es por medio de la fe. Esto nos lleva a ser agradecidos.
13. El Omelet de Huevos Podridos.
Cuando estés testificando y la persona piensa que sus buenas obras pesan más que sus pecados dile algo así:
Si estuvieses preparando un omelet (es decir, una tortilla o un revoltillo de huevos) al romper el último huevo te das cuentas que este está podrido, pero dices, Ah, no importa, lo voy a poner en el omelet de todas formas. ¿Cómo crees que se sentirían las visitas cuando prueben el omelet? ¿Será agradable? Claro que no.
Aplicación: De una forma parecida, nuestra vida incluye muchas cosas buenas, pero está mezclada con obras y pensamientos lujuriosos podridos, mentiras y otras cosas no son aceptables por Dios.
La Biblia dice: "Quien obedece toda la ley, pero tropieza en un punto, es culpable de todos" (Stg. 2:10). No podemos validarnos por nuestras buenas obras ni por nuestra obediencia. Si nosotros queremos ir al cielo por nuestras buenas obras, entonces todo lo que tenemos que hacer es ser perfectos y eso no lo podemos lograr, ni antes ni después de ser creyentes. El estándar de la ley de Dios es la perfección y ninguno de nosotros puede decir que ha guardado toda la ley y no ha hecho algo malo. Dios revela su gracia solo a aquellos que se sienten pecadores.
14. La botella sucia y el vaso envenenado
Al testificar te podrás encontrar a muchos que piensan que no creen que son tan malos y por eso Dios no los debe enviar al infierno o que sus obras buenas sobrepasan a lo que ha hecho mal pero, diles algo así.
¿Tomarías agua de una botella que en su carátula explicara que está compuesta de 97% de agua pura y 3% de aguas negras o contaminadas?
¿Y qué tal de un vaso que tenga unas gotas de veneno de cianuro y luego lo llenan de té verde bien frío? ¿Tomarías el té que está en el vaso? No ¿verdad?, porque sabes que hay veneno en el vaso.
Aplicación: Así tampoco Dios no nos puede recibir a nosotros por más que hayamos vivido una vida recta a los ojos humanos, estamos contaminados y tenemos el veneno del pecado en nosotros. Estamos sucios y envenenados y solo él es Santo, Puro y Perfecto, por eso debe castigar el pecado que hemos cometido. Dios lo hizo en la persona de Cristo, le imputo a Cristo nuestros pecados y nos dio a nosotros su justicia perfecta por la fe en su persona y su obra.
15. Activando la alarma
Después de haber hablado con alguien acerca del pecado, el arrepentimiento y la sangre de Jesús, y la confianza en Jesucristo solo por la fe, si la persona no está consciente de su pecado es bueno usar una ilustración como esta.
"¿Si intentaras salir de una tienda con alguna pieza de ropa u otro objeto con una etiqueta o un sensor de seguridad, que sucedería?" ¿Sonaría la alarma verdad?
Imagínate el cielo de la misma manera. En las puertas del cielo, imagínate que hay sensores cuando uno entra. ¿Qué sería lo único que activaría la alarma al intentar entrar?" ¿El pecado verdad? Una vez que dejas esta tierra, tu pecado activará la alarma. Pero si tú has sido limpio de todos sus pecados por confiar en Cristo, su sangre te limpia de todo pecado ¿crees que podrías pasar por esas puertas?" Por supuesto que "Si" - ¡y con una gran sonrisa!. La mayoría de las personas han oído activarse la alarma en alguna tienda y a nadie le gusta ser el culpable de activarla. Por supuesto, a nadie le agradaría que eso le sucediera en el sentido espiritual.
16. Ponte el paracaídas
Al testificar te puedes encontrar que la persona no siente la necesidad de creer en Jesucristo y convertirse, tal vez lo puedas dejar con esta ilustración:
¿Si estuviésemos en un avión y yo te dijera que te pusieras un paracaídas te lo pondrías? ¡Probablemente no! porque el avión está preparado para que no se caiga. Ahora si yo te dijera que el avión puede caerse en cualquier momento, ¿te lo pondrías? ¡Sin dudas que te lo pondrías!
Aplicación: De la misma manera, si viajas por este mundo sin reconocer tu pecado y sin confiar en el Señor Jesucristo como el Señor y Salvador de tu vida, tu vida corre en un grave peligro pues no sabes cuando llegará el momento en que te encontrarás cara a cara con Dios. Poner nuestra confianza solo en esta vida y en nuestra justicia no nos ayudara, vamos a morir y después el juicio. La Biblia dice, He aquí el día aceptable, he aquí el día de salvación. Cristo ha provisto un camino para reconciliarnos con Dios. El cumplió las demandas y pagó el precio, hay un regalo de gracia a todo aquel que confía y se arrepiente al Dios vivo. Es decir reconoce su maldad y ve en Cristo su única esperanza, su única justicia.
17. Puedes deletrear
Al testificar muchos no ven la seriedad de su destino eterno. Esta ilustración es un juego gracioso de palabras pero es algo para reflexionar y volver a las cosas espirituales y de seriedad:
¿Puedes deletrear la palabra COMPRAR? (C O M P R A R)
¿Qué haces cuando llegas a una luz verde? Puede responder (P A R A R )
¿PARAR? ¡Es una luz verde! (Oh, no...S E G U I R)
Aquí está el punto de todo esto. Si nos podemos equivocar en cosas como estas, también nos podemos equivocar en cosas de aun más importancia. No debemos confiar en nuestra percepción de lo eterno sino en la declaración que Dios nos da en su palabra en la persona y la obra de Cristo a favor de pecadores. Vale la pena reconsiderar lo que Dios dice de nosotros que todos somos pecadores y lo que el ha hecho para salvarnos. La Biblia lo dice muy claro, que no confiemos en nuestra propia opinión.
18. Colgado de la cadena
Al testificar podemos encontrar a personas que no quiere aceptar la doctrina del pecado, o tal vez solo admite que ha violado solo uno de los mandamientos:
Imagina que estas colgado de una cadena sobre un precipicio de la cual depende tu vida, y de repente se parte un eslabón, ¿qué pasaría?
Aplicación: La Biblia dice que si tan solo hemos violado uno de los mandamientos somos culpable de todos. Dios tiene suficientes bases, debido a su santidad, para encontrarnos culpable. El dice que los mentirosos no heredaran el reino de los cielos, y todos hemos violado ese mandamiento en alguna ocasión. Es algo así como si estuviésemos colgado de una cadena de diez eslabones y se parte uno…. Dios quiere que veamos que por tan solo un pecado somos culpable del juicio eterno, mas si nos volvemos a él en arrepentimiento y fe confiando en la persona y la obra de Cristo todos nuestros pecados pueden ser perdonados.
19. Saltando del avión
Al testificar puede ser que las personas no sientan que han ofendido a Dios con sus actos al violar varios de los mandamientos, esta es otra ilustración.
¿Qué crees es lo que te mataría si saltas de un avión sin paracaídas? No es solo el hecho de que no tengas un paracaídas, sino porque has violado la ley de la gravedad.
Aplicación: De igual manera, al pecar, nosotros hemos violado la santa ley de Dios, y al saltar a la eternidad estaremos en graves problemas si llegamos con una justicia que no es la de Cristo, Dios nos ha reconciliado en Cristo, en lo que el hizo a favor de pecadores, este es el paracaídas que Dios ha provisto para ti, Jesucristo, él es el paracaídas que nos hace falta para dar este salto confiadamente a la eternidad.
La Biblia dice. La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz... Vestíos del Señor Jesucristo y no proveáis para los deseos de la carne. (Romanos 13:12,14) Ósea, que no debes confiar en tu justicia propia sino vestirte de la justicia del Señor Jesucristo, así como te pondrías un paracaídas al saltar de un avión.
20. El ladrón de banco
Si al testificar alguien piensa que Dios lo perdonará al llegar al cielo dile algo así:
Supongamos que alguien hubiese robado un banco y una cámara escondida filmó el robo y él cajero y otros testigos te han identificado como siendo él culpable.
Sabes que no tienes escape ante el juez, pero supongamos que puedas hablar y te diriges al juez y le dices: "Su excelencia, estoy muy arrepentido por haber robado el banco. El dinero fue devuelto, y nadie fue herido. Si usted solo me deja ir libre, prometo que nunca más volveré a robar." ¿Sería el juez justo si te deja ir? ¡Claro que no! Él tiene una norma de justicia, la cual tiene que cumplir. Si los jueces liberasen los asaltantes de bancos simplemente porque dijeron que estaban arrepentidos y prometieron nunca más asaltar, ningún banco estuviera seguro en el país.
Aplicación: Dios es mucho más justo que cualquier juez humano aquí en la tierra. Él no puede ignorar nuestros pecados. Pero la Biblia dice que Dios derramó su ira en Jesucristo. El siendo justo y bueno recibió la ira de Dios y así pagó el precio de tu pecado para que tú puedas ser libre en el día del juicio. No solo debes sentir dolor por haber robado o cometido cualquier otro pecado en algo más, debes también depositar tu fe en el hecho de que Jesús pagó por tu pecado. Este asentamiento es lo que se conoce por la fe salvadora. Justicficados pues por la fe tenemos paz para con Dios.
21. El Regalo
Si al testificar alguien piensa que la salvación se puede ganar o comprar con buenas acciones explícales lo que es un regalo.
¿Si te traigo un regalo para tu cumpleaños, tienes que pagarme algo para recibir el regalo? ¿Qué es lo que hay que hacer para que el regalo sea tuyo? Lo único que puedes hacer es extender tus manos vacías y aceptarlo y solo agradecer. Si intentas pagarme algo por el regalo sería una ofensa.
Aplicación: Dios nos regala la salvación solo por gracia, sin los méritos de nuestros esfuerzos. La salvación tuvo un costo, pero no fue nuestro, Jesús tomó nuestro lugar al recibir la ira de Dios y así pagar nuestra deuda por nuestros pecados, no solo pagó con su sangre sino que vivió la vida perfecta que nosotros nunca vamos a poder rendirle a Dios. Siendo nosotros pecadores Cristo murió para salvarnos. No podemos hacer algo para merecerlo. No podemos llevarnos nada de gloria en este asunto. Lo único que podemos hacer es recibir de gracia el perdón y la vida eterna que Jesús nos ofrece al creer en Él y voltearnos hacia él en arrepentimiento, y confiando en lo que Él hizo por nosotros.
22. Los dos ladrones (Arrepentimiento bíblico)
Imagínate a dos ladrones que acaban de salir de la cárcel. El primero dice: "Ya no voy a robar más porque no quiero volver a la cárcel, la policía siempre está vigilando por todos lados". Entonces no roba, pero solo por temor al castigo. Pero si tuviera una oportunidad de robar sin ser descubierto seguro lo haría.
El segundo ladrón se dice: "He comprendido que soy un gran pecador, siento lo que hice y me volteo a Dios en busca de perdón y ayuda, y veo y el gran amor con el cual Dios me ha amado, siento que he ofendido a Dios y que he hecho sufrir a muchas personas con mis robos. He empezado a amar a Dios y por eso le pido que me libre de volver a robar porque no se si soy tentado pudiera caer otra vez. Este segundo ladrón es muy probable que no robará más, aun si pudiera hacerlo sin ser descubierto, pero sabe que hay maldad en sus miembros.
Aplicación: Por fuera los dos van a actuar igual con cierto temor. El primero con temor a la justicia que lo puede condenar; asa son muchos al reconocer que son pecadores, temen solo al castigo. Pero solo el segundo tiene un cambio de mente en cuanto al pecado que mora en él y a su necesidad de Dios, el arrepentimiento del segundo es motivado por el amor que ha recibido de Dios, el se vuelve a Dios en reconocimiento de su miseria, sabe que es un pecador y puede volver a caer per reconoce su miseria y se voltea a Dios en busca de misericordia y de ahí salen frutos de gratitud, pero no es por sus frutos que él es salvo ni que es librado del castigo, pues ya el castigo fue depositado sobre Cristo.
23. Mentiras Blancas
La gente a menudo dice que ellos no son mentirosos porque ellos solo han dicho “mentiras blancas.” Pero no hay diferencia entre una mentira blanca, una media verdad, un engaño, o una exageración. Todas son mentiras a los ojos de Dios. Pero para alguien así pregúntale:
¿Cuántos asesinatos se necesitan cometer para ser un asesino? Solo uno. De la misma manera, si has dicho una sola mentira, no importa el tamaño o el color, esto te hace un mentiroso. Además, Dios nos llama a todos mentirosos. (Rom. 3:4)
Aplicación: Dios es un Dios de verdad y su ley él demanda honestidad absoluta del corazón, honestidad que solo Cristo pudo dar. El camino de la mentira es a menudo el camino fácil, pero lleva al infierno a todos aquellos que no confían en Cristo. La Biblia advierte que todos los mentirosos tendrán su parte en el lago de fuego (Apocalipsis 21:8). No podemos olvidar que aunque todos los hombres son mentirosos, nuestros pecados fueron clavados en la cruz y Cristo los llevó y nos cubre ahora en su justicia. ¿Qué hace Dios con nuestra corrupción y aquello que no vamos a poder cambiar nunca? Lo cubre, lo perdona.
Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso y su palabra no está en nosotros. 1 Jua. 1:10; Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 1 Jua. 2:1
24. ¿Conoces a Dios personalmente?
Podemos decir que sabemos que hay gente que vive en África... pero es muy diferente decir que yo conozco personalmente a una persona que vive en África.
Aplicación: Es lo mismo con Dios. Muchos saben que Dios existe, pero es muy diferente conocer a Dios personalmente. Desde el momento en que empezamos a confiar en el testimonio de lo que hizo Jesús, en su obra terminada en la cruz a favor de pecadores y dejar a confiar en nosotros mismos ni en las cosas que hacemos para ganarnos el favor de Dios, podemos decir que Dios ha hecho algo en nosotros pues hemos creído en su testimonio. No debemos basar nuestra seguridad de salvación en nuestros frutos de obediencia sino en la fe en lo que él hizo. El justo por la fe vivirá. Rom. 1:17, Gál. 3:11; Nosotros por fe andamos, no por vista. 2 Cor. 5:7
25. ¿Qué es la muerte espiritual?
La mejor manera de enseñar la muerte espiritual a alguien es salir a un jardín donde hay plantas con flores y preguntar, ¿Esta flor está viva o muerta? ¿Por qué está viva? Está viva porque está conectada a la raíz.
¿Si ahora cortamos la flor de la planta está viva o muerta? Está muerta. Pero parece viva, aunque ya no tiene vida realmente. Ya no está conectada a su raíz.
Aplicación: Es así con el ser humano. Parece estar vivo, pero en realidad está muerto espiritualmente porque ya ha sido separado de Dios por su pecado. La Biblia dice que estamos muertos en nuestros delitos y pecados, y que por haber pecado estamos destituidos de la gloria de Dios (Rom. 3:23). Solo al creer en la obra terminada de Cristo a favor de pecadores pasaremos de muerte a vida porque estaremos injertados, unidos a él en su muerte y su resurrección. “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados…” Efe. 2:1
26. El Juez en la Corte (Extendida)
Si al testificar a alguien este piensa que es culpable pero que irá al cielo porque Dios es bueno y perdonador, dile algo así:
Vamos a decir que estas en un tribunal y que eres culpable de algún crimen. Hay pruebas evidentes que robaste un coche o algo así, y sabes que eres culpable, no hay duda alguna. El juez te dice: “¿Qué tienes que decir antes que pase sentencia? Y tú dices: Señor Juez yo se que usted es un juez bueno y yo le pido que me perdone. Por favor déjeme ir a mi casa. Si él es un juez bueno y justo, él no puede permitir que te vayas a tu casa, no, él no puede hacer eso, lo despedirían si lo hace, sería un juez malo.
Aplicación #1: Ahora, Dios es bueno y se cerciorará de hacer justicia. Entonces si acabas de decir, Dios yo mentí, robé, cometí el adulterio, cometí crímenes, pero quiero que usted me perdone y me deje ir; si el juez es un buen juez, él se cerciorará que recibas el castigó que mereces por tu crimen y no te dejara ir.
La Biblia dice “Todos los mentirosos tienen su parte en el lago de fuego”, también dice que ningún ladrón ni ningún adultero pueden entrar en el reino de los cielos, entonces, si Dios te juzga…y de seguro vas a morir y te presentarás un día delante de Él. Si él te trata según tus pecados, iras infierno… porque Dios es bueno y él dice que no dará por inocente al malvado que él castigará a los asesinos, violadores, mentirosos, ladrones, adúlteros, etc.. Y eso eres tú y eso soy yo.
Ahora hay otra bondad de Dios que debes conocer.
Digamos entonces que eres culpable, y el juez te dice, la paga por tu delito es de 100,000 dólares, y usted dice: Señor Juez, no tengo dinero; así que irás a la prisión; pero de repente alguien que usted no conoce entra en la sala y le dice al juez: Señor juez yo quiero pagar la multa y el castigo por él, quiero pagar para que él quede en libertad. ¿Cómo se sentiría usted hacia esa persona? ¿Agradecido?
Aplicación #2: La Biblia dice que Dios hizo eso para ti y para mí hace 2000 años. Dios envió a su Hijo Jesucristo en la carne, se hizo hombre y vivió la vida de perfecta obediencia que tu no podías vivir, y murió en una cruz para tomar nuestro castigo y pagar así por nuestros pecados. El pago para Dios era la muerte y la sangre de un justo. Solo un justo podía pagar por los injustos. Así como él lo ilustró en el Antiguo Pacto a través de sacrificios de animales perfectos.
Cuando Jesús murió hubo una transición legal. Nosotros rompimos la ley y Jesús pagó nuestra deuda. Él recibió la ira que debíamos recibir de parte de Dios. Es por su muerte que podemos ser perdonados. Dios no podía aceptar una ofrenda contaminada sino de alguien perfecto. Si confesamos nuestros pecados y depositamos nuestra fe y creemos en la obra y la persona de Jesús somos perdonados. No por nuestro acto de arrepentimiento y fe que podamos ejercer sino por su muerte sustitutiva y expiatoria. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efe. 2:8-9. Creer que todo es la obra de Dios es también un regalo que Dios nos da a través de la fe y el arrepentimiento.
27. Los dos pasajeros y el paracaídas (Extendida)
Si al compartir el evangelio alguien no entiende la función de la ley o te pregunta porque mencionas tanto los mandamientos, puedes decirle algo así.
Imagina que dos hombres están sentados en un avión. Al primero le dan un paracaídas y le dicen que se lo coloque, porque este mejorará su vuelo. Este decide experimentar y después de un rato nota que le molesta en su espalda y que algunos de los pasajeros se están riendo de él; de repente comienza a sentirse humillado y decide entonces quitárselo pues nota que no ha mejorado su vuelo como se le había dicho.
Al segundo hombre también le dan un paracaídas, pero le dicen: En cualquier momento el avión puede caer y tendrá que saltar fuera del avión a 25.000 pies de altura. Agradecido, se pone el paracaídas y no le molesta tenerlo en su espalda y aunque los demás pasajeros se ríen de él, a él no se molesta pues sabe que le salvará su vida.
Aplicación: Si al predicar a las personas para que confíen en Jesús solo les decimos que si creen en Jesús encontrarán paz, gozo y felicidad (en otras palabras, que mejorará el vuelo) estaremos mintiéndoles porque después pueden tentaciones, tribulaciones y persecuciones y diversas pruebas y se ofenderán y estarán desilusionados.
En vez de predicar que Jesús mejorará tu vuelo, debemos advertirles que algún día tendrán que saltar del avión - “pues está establecido para los hombres que mueran una vez y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). Cuando un pecador entiende las consecuencias de quebrantar la ley de Dios, y vean que Dios derramó la ira que ellos debían merecer en Cristo, Dios le abrirá los ojos al Salvador y les dará gracia y misericordia, con la única motivación de, no de escapar de la ira venidera sino de encontrar en aquel que recibió la ira el perdón de sus pecados. Dios será un Dios de amor y perdón para ellos y no uno de temer por el temor al castigo.
28. El Chofer
El chofer de un vehículo fue detenido por un policía. Era un buen chofer quien pensaba que no había cometido ninguna falta.
El policía le dice: “Te detuve porque ibas a 55 millas por hora en una zona escolar.
Había diez señales indicando la velocidad máxima de 15 millas por hora y las ignoraste completamente.”
Aplicación: Así como el chofer que tuvo diez señales, Dios también nos ha dado 10 señales claras en la Biblia. Estas son los Diez Mandamientos. ¿Has mentido alguna vez, o robado algo, o usado el nombre de Dios en vano?
Escucha lo que la Biblia dice: La persona que guarde toda la ley, pero ofende en un punto, se hace culpable de todos. Santiago 2:10. Tan solo al no poder cumplir con uno de los mandamientos ya somos culpables de todos, incluyendo pensamientos de adulterio o de odio contra alguien que Dios lo ve también como asesinato.
Pero Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aun pecadores Cristo murió por nosotros……La ley nos lleva, no a poner la confianza en nosotros mismos, sino a confiar en su persona y su obra para salvación.
29. El Convicto
Un hombre inocente se acercó a un juez y voluntariamente le propuso tomar el lugar de un asesino convicto que iba a ser ejecutado. El juez aceptó su petición.
Al día siguiente el juez le dijo al convicto que ya él quedaba libre porque ya que un hombre inocente había muerto en tu lugar. El asesino convicto solo tenia que confiar en su pago por el crimen y en la palabra del juez que lo declaraba libre para salir caminando por las puertas de la cárcel.
Aplicación: Jesucristo, el Hijo de Dios, fue tentado en todo pero no hizo pecado. Él voluntariamente dio su vida y pagó así el precio por los pecados tuyos y míos. El Juez no podía aceptar la muerte de otro asesino convicto. Ese pago estaría comprometido y contaminado. Tres días después de que Jesús murió, Dios lo resucitó de los muertos y está sentado, a la diestra de Dios.
El don (regalo) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor. Rom. 6:23b
El regalo de la vida eterna Dios lo otorga mediante la fe (creer—confiar en lo que hizo otro a nuestro favor) y el arrepentimiento (reconocer nuestra naturaleza pecaminosa y voltearnos a Dios por ayuda) es también un regalo de Dios concederlo. (Hch. 20:21; 2 Tim. 2:25)
Todo aquel que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero aquel que rechaza al Hijo de Dios no verá la vida, pues la ira de Dios permanecerá en él. Juan 3:36
30. El Paracaidista
Los paracaidistas demuestran creer en sus paracaídas cuando saltan desde el avión. Los seguidores de Jesús demuestran creer en Él cuando dejan de confiar en sus propias obras, esfuerzo o obediencia y empiezan a confiar solo en él para salvación y se arrepienten, es decir reconocen sus pecados y se vuelven a la Cruz a ver a aquel que murió por ellos para personarlos y allí buscan misericordia.
Aplicación: ¡Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas! 2 Corintios 5:17
Dios nos dice: “Te daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo en ti.” Ezequiel 36:26. Un corazón nuevo no para buscar una justicia propia nuestra en nuestra obediencia a la ley sino una para confiar solo en él como la única provisión.
Así como entrar en un taller de mecánica no nos convierte en un mecánico, el asistir a una iglesia no nos convertirá en cristiano.
Recibir el perdón de Dios por nuestros pecados y el regalo de la vida eterna, no es entrar a un grupo y tratar de mejorarnos o reformarnos y así lograrlo sino que nos es dado por gracia, al creer que Jesús pagó el precio por nuestros pecados cuando murió en la cruz por nosotros, y no solo que murió, sino que también resucitó entre los muertos.
Todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo. Romanos 10:13