“…por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.”
Romanos 3:20
Pensamiento Clave: La idea fatua de que una persona puede ser santa por sí misma niega a Dios el placer de salvar a los pecadores. Por lo tanto, Dios primero debe tomar el martillo de la ley en sus puños y aplastar a la bestia de la auto-justificación y su pandilla de auto-confianza, auto-sabiduría y auto-ayuda. Cuando la conciencia ha sido completamente asustada por la ley, acoge el evangelio de la gracia con su mensaje de un Salvador que vino, no para romper la caña cascada ni para apagar el lino humeante, sino para predicar buenas nuevas a los pobres, para sanar a los pobres con el corazón roto, y para conceder el perdón de los pecados a todos los cautivos. Martin Lutero.
El uso de la Ley a través de la historia:
A través de la historia, la ley de Dios (Los Diez Mandamientos), ha sido llave esencial en la proclamación del evangelio. Muchos reformadores rescataron la importancia del uso de la ley de Dios en la predicación del evangelio. Pero gran parte de la iglesia contemporánea no puede hacer distinción entre la ley y el evangelio. Ellos han cambiado su uso, ya sea llevando a los hombres a validarse/justificarse por la obediencia a la ley como manera de aceptación ante con Dios o ignorándola y trayendo un mensaje de una vida mejor. Aunque esto no es algo nuevo, siempre ha sido el ataque constante de satanás para nublar aquello por lo cual dice la Biblia los hombres perciben su pecado y ven la necesidad de la gracia.
Medita en esto: Martin Lutero dijo: “el primer deber del predicador del evangelio es declarar la ley de Dios y mostrar la esencia del pecado”; Jorge Whitefield dijo: “Primero pues, antes de que se le pueda impartir paz a tu corazón, es necesario que se te haga ver, sentir, llorar, lamentar por tus transgresiones reales contra la ley de Dios”. Jonathan Edwards dijo: “La única manera de saber si estamos pecando es por medio del conocimiento de su ley…”. Juan Bunyan dijo: El hombre que no conoce la naturaleza de la ley no puede conocer la naturaleza del pecado. Carlos Spurgeon dijo: “No creo que ningún hombre pueda predicar el evangelio que no predique la ley”
Muchos reformadores conocían la manera bíblica de predicar. Ellos sabían que los hombres debían oír la razón por la que Cristo vino a la tierra porque ninguno de ellos podía cumplir la ley, y que debían mirar a la única justicia perfecta y redentora delante del Padre la cual solo Cristo pudo rendirle a Dios a favor de ellos.
FUNCIONES DE LA LEY
1. Por medio de la Ley es el conocimiento del pecado: (Rom. 3:19:20; Rom. 7:7).
La ley es ese espejo donde el pecador puede ver su condición de pecado y su depravación delante de Dios. Ella nos muestra, no solo los pecados de palabra y acción sino los de la mente. La ley, aparte de reflejar el carácter santo y perfecto de Dios, es el instrumento que Dios usa por su Espíritu para exponer el pecado en nosotros y llevarnos a Cristo. Cada vez que miremos la ley esta nos debe enjuiciar, de esta manera Dios nos lleva por el Espíritu a ver nuestra maldad para después sea el evangelio de la gracia, la misericordia, el amor de Dios y su bondad la que nos lleve al arrepentimiento y a la fe en Cristo. (Rom. 2:4).
Cuando Dios quiere salvar a un hombre siempre lo llevará al conocimiento que ha violado su ley y a reconocer su inhabilidad de salvarse a si mismo para después mostrarle su gracia en el evangelio. (Jua. 16:8-13).
Pablo explica como Dios le dejó ver la maldad de su corazón como transgresor y culpable ante la ley; él dijo:
“¿Qué, pues, diremos? ¿La ley es pecado? ¡De ninguna manera! Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; y tampoco conocería la codicia, si la ley no dijera: «No codiciarás»”. (Rom. 7:7).
Pablo pensaba que era un buen cumplidor de la ley pero en realidad no lo era. Dios le mostró su pecado por el decimo Mandamiento, Dios le dejo ver que en su carne no moraba el bien.
El pecado es infracción de la ley (1 Jua. 3:4) y por medio de la ley es el conocimiento del pecado (Rom. 3:20b)”.
Cuando Dios nos trae esta revelación del pecado que mora en nosotros dejamos de ser orgullosos; dejamos de confiar en nuestra propia justicia para entonces ser aceptados delante de Dios solo por la fe. Como decía Martin Lutero dijo: "La ley es para el orgulloso y el evangelio para los de corazón quebrantado." (Stgo. 4:6; 1 Ped. 5:5).
La ley prepara el camino para recibir el evangelio. El Espíritu Santo ilumina el entendimiento del pecador al ser confrontado por la ley y le muestra que la gracia de Dios es admirable.
La Gracia no significa nada para una persona que no confiesa que es pecador; por eso no tiene sentido predicar la gracia hasta que las demandas de la ley y la realidad de la culpa delante de Dios no sean predicadas”.
2. Ley cierra la boca del pecador que trata de justificarse.
La Biblia dice que todo hombre proclama su propia bondad (ósea su propia justicia) pero la ley hace que el pecador quede culpable y bajo el juicio de Dios y así confiese su maldad. (Pro. 20:6; Rom. 3:19).
Los fariseos usaban mal la ley; ellos pensaban que por obedecerla ya ellos estaban bien delante de Dios y Jesús los criticó fuertemente cuando les dijo: “¡Ay de ustedes, maestros de la ley!, que se han apoderado de la llave del conocimiento; pero ni ustedes mismos entran ni dejan entrar a los que quieren hacerlo”. (Luc. 11:52 DHH). Para poder escapar de la condenación de la ley debemos aceptar la gracia de Dios que se nos ofrece en Jesucristo a través de la fe. (Rom. 2:12; Efe. 2:8-9)
Es muy común hoy en día el poco uso de la ley en el evangelismo para traer el conocimiento del pecado. Pablo decía que: la ley es buena si se hace uso de ella conforme al propósito que tiene. (Leer 1 Tim. 1:8-11). La poca distinción entre ley y evangelio lleva al predicador a la ruina. Spurgeon decía: “No hay punto en la exégesis y la aplicación bíblica en el que más se yerre que en lo referente a la relación entre la ley y el evangelio […]. Algunos sustituyen el evangelio por la ley, otros modifican la ley y el evangelio, y así, ni predican la ley ni el evangelio”
3. La Ley es un ayo que nos lleva a Cristo. (Gál. 3:19-23).
La Biblia nos dice que la ley es un ayo, es decir un profesor, o un tutor, porque su función es enseñarnos que:
1. Se nos es dada a causa de nuestras transgresiones (fallábamos al tratar de cumplirla) (1 Tim. 1:9);
2. No nos puede dar vida (nos condena a muerte por nuestro incumplimiento) (Gal: 3:21);
3. Lo encierra todo bajo pecado (nos hace culpables a todos) para que podamos mirar a Cristo y ser liberados de ella. (Gal. 3:22); no tenemos otra salida que el camino a Cristo; y por ultimo,
4. Para llevarnos a Cristo y así poder ser justificados por la fe. (Gal. 2:16 y Rom. 5:1)
Dos propósitos de Jesús con la Ley: Cumplirla y engrandecerla.
Jesús vino a cumplir la ley; él dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”. (Mat. 5:17,18). También vino para engrandecerla y así despojarnos de todo intento de justicia propia de nuestra parte al tratar de cumplirla. (Rom. 10:3; Mat. 5:20). Isaías había profetizado esto al decir: Jehová se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla. (Isa. 42:21) (Leer Mt. 5:21-32). La ley solo puede perseguir al pecador hasta la cruz, porque Cristo es el fin de la ley. (Rom. 10:3). Aunque Cristo es el fin de la ley, la Gracia no anula a la ley porque la ley aún sigue haciendo su función de enjuiciar y traer el conocimiento del pecado para llevarnos a Cristo, por eso ella ya no tiene el poder para condenarnos.
La ley será el estándar divino en el Día del Juicio para todos aquellos que no tengan a Cristo como su justicia (Rom. 2:12; Hch. 17:31). Los que viven bajo la Gracia no serán juzgados por la ley sino por la ley de la libertad, por eso debemos mostrar misericordia para con todos. (ver Stgo. 2:12). Aquellos que enseñan la Ley también serán llamados grandes en el reino de los cielos " (Mt. 5:19). La ley debe ser enseñada a los pecadores, porque fue hecha para ellos (1ª Tim. 1:8–10). Ella es el “maestro, el guía” que nos lleva a Cristo, el cual es el cumplidor de la ley a favor nuestro. (Heb. 4:15, 1 Ped. 3:18). La función de la ley es destruir toda justicia propia y traer a los pecadores a la cruz (Gál. 3:24). Jesús muestra que Dios requiere verdad en las partes más íntimas al revelar la naturaleza espiritual de la Ley (Rom. 7:14).
No usamos la Ley en el evangelismo para llevar a los hombres de vuelta a la ley para que ahora puedan justificarse por su obediencia sino para que vean su pecado y su maldad y su miseria. De hacer esto estaríamos usando la ley de manera incorrecta. Cristo cumplió la ley perfectamente y Dios se complació en su obediencia y nosotros la tenemos por la fe. El la engrandeció aún más para que no trataremos de justificarnos por ella y esta nos lleve a ver a Cristo como nuestra única justicia.
Así que cuando estés testificando de Cristo a los incrédulos presenta la ley de Dios, pásate bastante tiempo allí, así como lo hizo Jesús, pero después habla más de Jesús porque al final del día es la bondad de Dios la que guía a los hombres al arrepentimiento. (Mat. 19:16-22; Jua. 4:1-39). La ley solo prepara el camino para el evangelio. (Rom. 8:3).
Ilustración
El Juez en la Corte (abreviada).
Al testificar podrás encontrarte a más de uno que diga: Sé que soy culpable, pero creo que iré al cielo.
Normalmente esto es así porque él piensa que Dios es “bueno” y que Dios pasará por alto el pecado en su caso. Pero dile algo así: Imagina que estas ante un juez en un caso criminal, y el juez tiene todas las evidencias en tu contra. El sabe que eres un asesino, y que has mentido para evadir la justicia. Si él es un buen juez no puede dejarle ir. Él debe asegurarse de que si eres culpable seas condenado.
Aplicación: Así también si Dios es bueno, Él debe (por naturaleza) castigar a asesinos, violadores, ladrones, mentirosos, adúlteros, fornicarios, y todos aquellos que viven en rebelión a la luz interior que Dios ha dado a cada hombre.
Frases célebres
"Satanás, el dios de toda disensión, incita a diario nuevas sectas, pero hay una, la última de todas, la cual de todas las demás nunca preví o sospeché que viniera a existir, él ha levantado una secta para enseñar... que los hombres no deben ser aterrorizados por la ley, sino que con cuidado, deben ser exhortados por la predicación de la gracia de Cristo."
Martín Lutero
Objeciones y respuesta bíblica
¿Y que de los que nunca han oído de la ley de Dios y de los Diez Mandamientos? ¿Se perderán también?
La Biblia Responde:
Todos los que sin la ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados, pues no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino que los que obedecen la ley serán justificados. Cuando los gentiles que no tienen la ley hacen por naturaleza lo que es de la ley, estos, aunque no tengan la ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y acusándolos o defendiéndolos sus razonamientos en el día en que Dios juzgará por medio de Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio (Rom. 2:12-16 RV95). Ver también Jn.15:22 y Hch. 17:30.
Además ¿Por qué te preocupas tanto por los que nunca han oído de la ley de Dios? Preocúpate tú que los conoces y sabes que la has violado. Arrepiéntete y conviértete hoy para que sean perdonados tus pecados. (Hch. 3:19)
Recomendaciones en Línea
Preguntas
1. ¿Por qué es tan importante el usar la ley al compartir el evangelio?
2. ¿Qué entiendes de Gálatas 3:24 que dice: De manera que la Ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo...?
3. ¿Cuál era la llave que dice Jesús que los fariseos habían escondido?
4. ¿Cuál fue el peligro que Lutero vio en su tiempo? (ver sección de frases Celebres)
Respuestas
1. Por medio de la ley viene el conocimiento de que hemos pecado; sin este conocimiento el pecador no ve ni reconoce su necesidad de arrepentirse y confiar en el Salvador. Ro. 7:7
2. Un ayo es un profesor, alguien que nos enseña. En este caso la función de la Ley es enseñarnos que hemos pecado, que hemos violado la ley de Dios y por consecuencia estamos destituidos de tener parte con Dios, por eso necesitamos acudir a Cristo que nos ofrece el perdón si nos arrepentimos y confiamos en El. El sacrificio substituto de Cristo nos devuelve a nuestro estado natural y Dios nos ve como santos por medio de su Hijo.
3. Mostrar el correcto uso de la ley. Los fariseos tergiversaban el uso de la ley y Jesús los criticó fuertemente y les dijo que se habían apoderado de la llave del conocimiento. (Luc. 11:52) La ley es la llave que nos da el conocimiento de que somos pecadores no lo que nos salva.
4. Que los hombres no fuesen aterrorizados por la ley, sino que con cuidado solo fuesen exhortados por la predicación de la gracia de Cristo. El evangelismo moderno no apela a la ley para traer el conocimiento del pecado.
( www.escueladeevangelismo.com . 2012 - Para más información contactar info@escueladeevangelismo.com ) Revisión 2020