P. 107. ¿Cuál es el segundo mandamiento?
R. El segundo mandamiento es: No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: no te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visita la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, a los que me aborrecen, y que hace misericordia a millares a los que me aman, y guardan mis mandamientos.[1]
[1] Éxodo 20:4-6
P. 108. ¿Cuáles son los deberes requeridos en el segundo mandamiento?
R. Les deberes requeridos en el segundo mandamiento son recibir, observar y guardar puros y completos todo el culto religioso y las ordenanzas, tales como Dios las instituyó en su Palabra;[1] especialmente la oración y las acciones de gracias en el nombre de Cristo,[2] e1 oír, leer y predicar la Palabra,[3] la administración y recepción de los sacramentos,[4] el gobierno y disciplina de la iglesia,[5] el ministerio y el sostenimiento del mismo,[6] los ayunos religiosos;[7] jurar por el nombre de Dios;[8] y hacer votos a Él;[9] así como también el desaprobar, detestar y oponerse a todo culto falso;[10] y conforme al estado y llamamiento de cada uno, destruirlo así como a todos los objetos de idolatría.[11]
[1] Deuteronomio 32:46, 47; Mateo 28:20; Hechos 2:42; 1 Timoteo 6:13, 14; [2] Filipenses 4:6; Efesios 5:20; [3] Deuteronomio 17:18, 19; Hechos 15:21; 2 Timoteo 4:2; Santiago 1:21, 22; Hechos 10:33 [4] Mateo 28:19; 1 Corintios 11:23-30; [5] Mateo 18:15-17; Mateo 16:19; 1 Corintios 5; 1 Corintios 12:28; [6] Efesios 4:11, 12; 1 Timoteo 5:17, 18; 1 Corintios 9:7-15; [7] Joel 2:12, 13; 1 Corintios 7:5; [8] Deuteronomio 6:13; [9] Isaías 19:21; Salmo 76:11; [10] Hechos 17:16, 17; Salmo 16:4; [11] Deuteronomio 7:5; Isaías 30:22.
P. 109. ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el segundo mandamiento?
R. Las pecados prohibidos en el segundo mandamiento son, todo lo que sea inventar,[1] aconsejar,[2] mandar,[3] usar,[4] y aprobar algún culto religioso, por sabio que sea, que no haya sido instituido por Dios;[5] tolerar una religión falsa[6]; el hacer representación alguna de Dios, ya sea de todas o de alguna de las Tres Personas, sea interiormente en nuestra inteligencia, o en lo exterior por alguna clase de imagen a semejanza de alguna criatura cualquiera;[7] toda adoración de ella,[8] o de Dios en ella o por ella;[9] el hacer representaciones de deidades falsas;[10] y toda adoración de ellas o hacer algún servicio perteneciente a ellas;[11] todas las supersticiones engañosas,[12] que corrompen el culto de Dios,[13] ya sea añadiéndole o quitándole,[14] sean inventadas y tomadas por nosotros mismos,[15] o recibidas por tradición de otros,[16] aun cuando vengan con el título de antigüedad,[17] costumbre,[18] devoción,[19] buena intención o cualquier otro pretexto;[20] la simonía;[21] el sacrilegio;[22] toda negligencia,[23] desprecio,[24] impedimento,[25] y oposición al culto y ordenanzas que Dios ha establecido.[26]
[1] Números 15:39; [2] Deuteronomio 13:6-8; [3] Oseas 5:11; Miqueas 6:16; [4] 1 Reyes 11:33; 1 Reyes 12:33; [5] Deuteronomio 12:30-32; [6] Deuteronomio 13:6-12; Zacarías 13:2, 3; Apocalipsis 2:2, 14, 15, 20; Apocalipsis 17:12, 16, 17; [7] Deuteronomio 4:15-19; Hechos 17:29; Romanos 1:21-23,25; [8] Daniel 3:18; Gálatas 4:8; [9] Éxodo 32:5; [10] Éxodo 32:8; [11] 1 Reyes 13:26, 28; Isaías 65:11; [12] Hechos 17:22; Colosenses 2:21-23; [13] Malaquías 1:7, 8, 14; [14] Deuteronomio 4:2; [15] Salmo 106:39; [16] Mateo 15:9; [17] 1 Pedro 1:18; [18] Jeremías 44,17; [19] Isaías 65:3-5; Gálatas 1:13-14; [20] 1 Samuel 13:11, 12; 1 Samuel 15:21; [21] Hechos 8:18; [22] Romanos 2:22; Malaquías 3:8; [23] Éxodo 4:24-26; [24] Mateo 22:5; Malaquías 1:7, 13; [25] Mateo 23:13; [26] Hechos 13:44, 45; 1 Tesalonicenses 2:15, 16.
P. 110. ¿Cuáles son las razones añadidas al segundo mandamiento, para darle mayor fuerza?
R. Las razones añadidas al segunda mandamiento y que le dan mayor fuerza, están contenidas en estas palabras: “Porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visita la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, a los que me aborrecen, y que haga misericordia a millares a los que me aman, y guardan mis mandamientos”;[1] y son, además de la soberanía de Dios sobre nosotros y de que somos su propiedad,[2] e1 celo ardiente que tiene por su propio culto,[3] su indignación vengadora contra todo culto falso, por ser éste una fornicación espiritual;[4] reputando Él a los quebrantadores de este mandamiento como personas que lo odian, y amenazándolos con castigarlos por varias generaciones;[5] y estimando a los que lo guardan fielmente como a personas que lo aman y guardan sus mandamientos, a las que promete misericordia tanto para ellos como para sus generaciones.[6]
[1] Éxodo 20:5, 6; [2] Salmo 45:11; Apocalipsis 15:3, 4; [3] Éxodo 34:13, 14; [4] 1 Corintios 10:20-22; Jeremías 7:18-20; Ezequiel 16:26, 27; Deuteronomio 32:16-20; [5] Oseas 2:2-4; [6] Deuteronomio 5:29.
P. 111. ¿Cuál es el tercer mandamiento?
R. El tercer mandamiento es: No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.[1]
[1] Éxodo 20:7.
P. 112. ¿Qué exige el tercer mandamiento?
R. El tercer mandamiento exige que el nombre de Dios, sus títulos, atributos,[1] ordenanzas,[2] la Palabra,[3] los sacramentos,[4] la oración,[5] juramentos,[6] votos,[7] suertes,[8] sus obras,[9] y cualquiera otra cosa por lo cual Él se da a conocer, sea santa y reverentemente usadas en pen¬samiento,[10] meditación,[11], en palabra,[12] y por escrito;[13] por una profesión santa,[14] un comportamiento intachable,[15] para la gloria de Dios,[16] y para el bien nuestro,[17] y de otros.[18]
[1] Mateo 6:9; Deuteronomio 28:58; Salmo 29:2; Salmo 68:4; Apocalipsis 15:3, 4; [2] Malaquías 1:14; Eclesiastés 5:1; [3] Salmo 138:2; [4] 1 Corintios 11:24, 25, 28, 29; [5] 1 Timoteo 2:8; [6] Jeremías 4:2; [7] Eclesiastés 5:2, 4-6; [8] Hechos 1:24, 26; [9] Job 36:24; [10] Malaquías 3:16; [11] Salmo 8:1, 3, 4, 9; [12] Colosenses 3:17; Salmo 105:2, 5; [13] Salmo 102:18; [14] 1 Pedro 3:15; Miqueas 4:5; [15] Filipenses 1:27; [16] 1 Corintios 10:31; [17] Jeremías 32:39; [18] 1 Pedro 2:12.
P. 113. ¿Cuáles pecados prohíbe el tercer mandamiento?
R. Los pecados prohibidos en el tercer mandamiento son, el no usar el nombre de Dios de la manera que es requerida;[1] y el abuso del mismo por una ignorante,[2] vana,[3] irreverente, profana,[4] supersticiosa,[5] o malvada costumbre, mencionando o usando de cualquier otro modo sus títulos, atributos,[6] ordenanzas,[7] u obras,[8] por la blasfemia,[9] perjurio;[10] toda maldición pecaminosa,[11] así como pecaminosos juramentos,[12] votos,[13] suertes;[14] la violación de nuestros juramentos y votos, si son lícitos,[15] o el cumplimiento de ellos si corresponden a cosas ilícitas;[16] murmuración o queja contra los decretos de Dios,[17] curiosas inquisiciones sobre ellos,[18] o la aplicación falsa de los mismos,[19] así como de los actos providenciales de Dios;[20] la mala interpretación,[21] mala aplicación,[22] o algún otro modo de pervertir la Palabra, o alguna parte de ella;[23] bromas profanas,[24] preguntas curiosas o inútiles, charlas vanas, o sostener falsas doctrinas;[25] el abuso del nombre de Dios, de las criaturas o de alguna cosa contenida bajo el nombre de Dios, para practicar encantamientos,[26] o prácticas y concupiscencias pecaminosas;[27] la difamación,[28] desprecio,[29] injuria,[30] o la oposición grave a la verdad, gracia y caminos de Dios;[31] hacer profesión de religión con hipocresía o por fines siniestros;[32] avergonzarse de ella,[33] o ser una vergüenza para ella, por comportamiento insumiso,[34] sin sabiduría,[35] infructuoso,[36] u ofensivo,[37] o el apartarse de ella.[38]
[1] Malaquías 2:2; [2] Hechos 17:23; [3] Proverbios 30:9; [4] Malaquías 1:6, 7, 12; Malaquías 3:14; [5] 1 Samuel 4:3-5; Jeremías 7:4, 9, 10, 14, 31; Colosenses 2:20-22; [6] 2 Reyes 18:30, 35; Éxodo 5:2; Salmo 139:20; [7] Salmo 50:16, 17; [8] Isaías 5:12; [9] 2 Reyes 19:22; Levítico 24:11; [10] Zacarías 5:4; Zacarías 8:17; [11] 1 Samuel 17:43; 2 Samuel 16:5; [12] Jeremías 5:7; Jeremías 23:10; [13] Deuteronomio 23:18; Hechos 13:12, 14; [14] Ester 3:7; Ester 9:24; Salmo 22:18; [15] Salmo 24:4; Ezequiel 17:16, 18, 19; [16] Marcos 6:26; 1 Samuel 25:22, 32-34; [17] Romanos 9:14, 19, 20; [18] Deuteronomio 29:29; [19] Romanos 3:5, 7; Romanos 6:1; [20] Eclesiastés 8:11; Eclesiastés 9:3; Salmo 39; [21] Mateo 5:21,22; [22] Ezequiel 13:22; [23] 2 Pedro 3:16; Mateo 22:24-31; [24] Isaías 22:13; Jeremías 23:34, 36, 38; [25] 1 Timoteo 1:4, 6, 7; 1 Timoteo 6:4, 5, 20; 2 Timoteo 2:14; Tito 3:9 [26] Deuteronomio 18:10-14; Hechos 19:13; [27] 2 Timoteo 4:3, 4; Romanos 13:13, 14; 1 Reyes 21:9, 10; Judas 4; [28] Hechos 13:45; 1 Juan 3:12; [29] Salmo 1:1; 2 Pedro 3:3; [30] 1 Pedro 4:4; [31] Hechos 13:45, 46, 50; Hechos 4:18; Hechos 19:9; 1 Tesalonicenses 2:16; Hebreos 10:29; [32] 2 Timoteo 3:5; Mateo 23:14; Mateo 6:1, 2, 5, 16; [33] Marcos 8:38; [34] Salmo 73:14, 15; [35] 1 Corintios 6:5, 6; Efesios 5:15-17; [36] Isaías 5:4; 2 Pedro 1:8, 9; [37] Romanos 2:23, 24; [38] Gálatas 3:1, 3; Hebreos 6:6.
P. 114. ¿Cuáles son las razones anexas al tercer mandamiento?
R. Las razones anexas al tercer mandamiento en estas palabras: “Jehová tu Dios” y “porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano”[1] se dan porque Él es el Señor y nuestro Dios, por lo que su nombre no debe ser profanado, ni debemos abusar de Él de ninguna manera;[2] especialmente porque Él no absolverá ni perdonará a los transgresores de este mandamiento, así como no permitirá que ellos escapen de su justo juicio,[3] aun cuando muchos de ellos escapen de las censuras y castigos de los hombres.[4]
[1] Éxodo 20:7; [2] Levítico 19:12; [3] Ezequiel 36:21-23; Deuteronomio 28:58, 59; Zacarías 5:2-4; [4] 1 Samuel 2:12, 17, 22, 24; 1 Samuel 3:13.
P. 115. ¿Cuál es el cuarto mandamiento?
R. El cuarto mandamiento es: “Acordarte has del día de reposo para santificado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna; tú, ni tu hijo, ni tu hija; ni tu siervo, ni tu criada; ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.”[1]
[1] Éxodo 20: 8-11.
P. 116. ¿Qué exige el cuarto mandamiento?
R. El cuarto mandamiento exige a todos los hombres la santificación o guardar santo para Dios todos los tiempos que Dios ha señalado en su Palabra, concretamente todo un día en cada siete; que era el día séptimo desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo, y desde entonces, el primer día de la semana, y así continuará hasta el fin del mundo; el cual es el Reposo Cristiano,[1] llamado en el Nuevo Testamento Día del Señor.[2]
[1] Deuteronomio 5:12-14; Génesis 2:2, 3; 1 Corintios 16:1, 2; Hechos 20:7; Mateo 5:17, 18; Isaías 56:2, 4, 6, 7; [2] Apocalipsis 1:10.
P. 117. ¿Cómo ha de santificarse el día de Reposo o del Señor?
R. El día de Reposo o del Señor debe santificarse por un santo descanso durante todo el día,[1] descansando no sólo de las obras que en todo tiempo son pecaminosas, sino aun de aquellos empleos y recreaciones mundanales que son lícitos en los otros días;[2] y haciendo nuestra delicia emplear todo el tiempo (excepto el que se emplee en obras de necesidad y misericordia)[3] en los ejercicios públicos y privados del culto de Dios;[4] para este fin debemos preparar nuestro corazón y despachar nuestros negocios mundanos con tal previsión, diligencia, moderación y arreglo tan oportuno, que podamos estar libres y aptos para cumplir los deberes del día.[5]
[1] Éxodo 20:8, 10; [2] Éxodo 16:25-28; Nehemías 13:15-22; Jeremías 17:21, 22 [3] Mateo 12:1-13; [4] Isaías 58:13; Lucas 4: 16; Hechos 20:7; 1 Corintios 16:1, 2; Salmo 92 (título); Isaías 66:23; Levítico 23:3; [5] Éxodo 20:8; Lucas 23:54, 56; Éxodo 16:22, 25, 26, 29; Nehemías 13:19.
P. 118. ¿Por qué se dirige el encargo de guardar el Reposo más especialmente a los jefes de familia y otros superiores?
R. El encargo de guardar el Reposo se dirige especialmente a los jefes de familia y a otros superiores, porque ellos están obligados a guardarlo no sólo ellos mismos, sino también a cuidar de que sea observado por aquellos que están a su cargo, y porque son propensos a estar muchas veces ocupados en empleos de su propio interés.[1]
[1] Éxodo 20:10; Josué 24:15; Nehemías 13:15, 17; Jeremías 17:20-22; Éxodo 23:12.
P. 119. ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el cuarto mandamiento?
R. Los pecados prohibidos en el cuarto mandamiento son, toda omisión de los deberes exigidos,[1] el cumplimiento negligente, descuidado y estéril de ellos, y cansarse de los mismos;[2] toda profanación del día por ociosidad, y por hacer lo que en sí mismo es pecaminoso;[3] y por pensamientos, palabras y obras innecesarias acerca de nuestros empleos y recreaciones mundanas.[4]
[1] Ezequiel 22:26; [2] Hechos 20:7, 9; Ezequiel 33:30-32; Amos 8:5; Malaquías 1:13; [3] Ezequiel 23:38; [4] Jeremías 17:24, 27 Isaías 58:13.
P. 120. ¿Cuáles son las razones añadidas al cuarto mandamiento para darle mayor fuerza?
R. Las razones anexas al cuarto mandamiento para darle mayor fuerza, son tomadas de la equidad del mismo, al habernos concedido Dios seis días de cada siete para nuestros propios negocios, y habiéndose reservado sólo uno para sí mismo con estas palabras: Seis días trabajarás y harás toda tu obra;[1] de que Dios reclama para sí una propiedad especial sobre este día, cuando dice: Mas el séptimo día será Reposo para Jehová tu Díos;[2] del ejemplo del mismo Dios, quien en seis días hizo los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; y de las bendiciones que Dios ha colocado en este día, no sólo al santificarlo para que sea un día para su servicio, sino estableciendo que sea un medio para bendecirnos al santificarlo nosotros; por tanto Jehová bendijo el día de Reposo, y lo santificó.[3]
[1] Éxodo 20:9; [2] Éxodo 20:10; [3] Éxodo 20:11.
P. 121. ¿Por qué se pone la palabra “acuérdate” al principio del cuarto mandamiento?
R. La palabra “acuérdate” ha sido puesta al principio del cuarto mandamiento,[1] en parte a causa del gran beneficio de recordarlo, por el cual somos ayudados en nuestra preparación para guardarlo,[2] y al guardarlo, cumplir mejor los otros mandamientos,[3] y continuar un recuerdo lleno de gratitud por los dos grandes beneficios de la creación y de la redención, que contienen un breve resumen de la religión;[4] y por otra parte fue puesta porque nosotros somos propensos a olvidarlo,[5] dado que la naturaleza nos da poca luz acerca de él,[6] y que restringe nuestra libertad natural sobre cosas que son lícitas en otro tiempo;[7] que no viene más que una vez cada siete días, viniendo antes nuestros negocios mundanales, que frecuentemente apartan nuestra mente de pensar en él, ya sea de prepararnos para él o para santificarlo;[8] y que Satanás con sus instrumentos trabaja mucho por arrebatarnos la gloria, y aun la memoria de este día, para traer toda irreligión e impiedad.[9]
[1] Éxodo 20:8; [2] Éxodo 16:23; Lucas 23:54, 56 compárese con Marcos 15:42; Nehemías 13:19; [3] Salmo 92 (título) compárese con Salmo 92:13, 14; Ezequiel 20:12, 19, 20; [4] Génesis 2:2, 3; Salmo 118:22, 24 compárese con Hechos 4:10, 11; [5] Ezequiel 22:26; [6] Nehemías 9:14; [7] Éxodo 34:21; [8] Deuteronomio 5:14, 15; Amos 8:5; [9] Lamentaciones 1:7; Jeremías 17:21-23; Nehemías 13:15-23.
P. 122. ¿Cuál es el resumen de los seis mandamientos que contienen nuestros deberes para con los hombres?
R. El resumen de los seis mandamientos que contienen nuestros deberes para con los hombres, es, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos,[1] y hacer a los otros lo que queramos que ellos nos hagan.[2]
[1] Mateo 22:39; [2] Mateo 7:12.
P. 123. ¿Cuál es el quinto mandamiento?
R. El quinto mandamiento es: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.”[1]
[1] Éxodo 20:12.
P. 124. ¿Qué se quiere dar a entender por padre y madre en el quinto mandamiento?
R. Por padre y madre en el quinto mandamiento, se quiere significar no sólo los padres naturales,[1] sino todos los superiores, tanto en edad[2] como en aptitudes;[3] y especialmente aquellos que por las ordenanzas de Dios están sobre nosotros en un lugar de autoridad, ya sea en la familia,[4] en la iglesia[5] o en la sociedad.[6]
[1] Proverbios 23:22, 25; Efesios 6:1, 2; [2] 1 Timoteo 5:1, 2; [3] Génesis 4:20-22; Génesis 45:8; [4] 2 Reyes 5:13; [5] 2 Reyes 2:12; 2 Reyes 13:14; Gálatas 4:19; [6] Isaías 49:23.
P. 125. ¿Por qué son llamados padre y madre los superiores?
R. Los superiores son llamados padre y madre, para enseñarles a ellos a que en todos los deberes para con los inferiores, como padres naturales, expresen amor y ternura hacia ellos, conforme a sus varias relaciones;[1] y para hacer que los inferiores tengan la más buena voluntad y alegría en el cumplimiento de sus deberes para con sus superiores, como si lo hicieran con sus padres.[2]
[1] Efesios 6:4; 2 Corintios 12:14; 1 Tesalonicenses 2:7, 8, 11; Números 11:11, 12; [2] 1 Corintios 4:14-16; 2 Reyes 5:13.
P. 126. ¿Cuál es el alcance general del quinto mandamiento?
R. El alcance general del quinto mandamiento abarca el cumplimiento de todos aquellos deberes que tenemos los unos para con los otros en nuestras diversas relaciones, como superiores, inferiores o iguales.[1]
[1] Efesios 5:21; 1 Pedro 2:17; Romanos 12:10.
P. 127. ¿Cuál es la honra que los inferiores deben a los superiores?
R. La honra que los inferiores deben a los superiores es, toda la debida reverencia en corazón,[1] palabra,[2] comportamiento,[3] orar y dar gracias por ellos;[4] la imitación de sus virtudes y gracias;[5] la obediencia voluntaria a sus mandatos y consejos lícitos,[6] la debida sumisión a sus correcciones;[7] la fidelidad a ellos,[8] la defensa[9] y sostén de sus personas y autoridad, conforme a sus varios rangos y a la naturaleza de sus puestos;[10] sobrellevando sus debilidades y ocultándolas con amor,[11] para que así puedan tener honra ellos y su gobierno.[12]
[1] Malaquías 1:6; Levítico 19:3; [2] Proverbios 31:28; 1 Pedro 3:6; [3] Levítico 19:32; 1 Reyes 2:19; [4] 1 Timoteo 2:1, 2; [5] Hebreos 13:7; Filipenses 3:17; [6] Efesios 6:1, 2, 6, 7; 1 Pedro 2:13, 14; Romanos 13:1-5; Hebreos 13:17; Proverbios 4:3, 4; Proverbios 23:22; Éxodo 18:19, 24; [7] Hebreos 12:9; 1 Pedro 2:18-20; [8] Tito 2:9, 10; [9] 1 Samuel 26:15, 16; 2 Samuel 18:3; Ester 6:2; [10] Mateo 22:21; Romanos 13:6, 7; 1 Timoteo 5:17, 18; Gálatas 6:6; Génesis 45:11; Génesis 47:12; [11] 1 Pedro 2:18; Proverbios 23:22; Génesis 9:23; [12] Salmo 127:3-5; Proverbios 31:23.
P. 128. ¿Cuáles son los pecados que los inferiores cometen contra los superiores?
R. Los pecados de los inferiores contra los superiores son, toda negligencia en los deberes exigidos para con ellos;[1] envidiarlos,[2] menospreciarlos,[3] y rebelarse[4] contra sus personas[5] y posiciones,[6] sus buenos consejos,[7] mandatos y correcciones;[8] maldecirlos, burlarse de ellos,[9] y todos los comportamientos contumaces y escandalosos, que supongan una vergüenza y deshonra para los superiores y su gobierno.[10]
[1] Mateo 15:4-6; [2] Números 11:28, 29; [3] 1 Samuel 8:7; Isaías 3:5; [4] 2 Samuel 15:1-12; [5] Éxodo 21:15; [6] 1 Samuel 10:27; [7] 1 Samuel 2:25; [8] Deuteronomio 21:18-21; [9] Proverbios 30:11, 17; [10] Proverbios 19:26.
P. 129. ¿Qué se exige de los superiores para con los inferiores?
R. Se requiere de los superiores que, conforme al poder que han recibido de Dios y aquellas relaciones en las que ellos están, amen a sus inferiores,[1] oren por ellos,[2] y los bendigan;[3] los instruyan,[4] aconsejen, y amonesten;[5] protegiendo,[6] encomendando[7] y recompensando a los que hacen bien;[8] no ayudando,[9] reprendiendo y castigando a los que hacen mal;[10] protejan,[11] y provean de todas las cosas necesarias para el alma[12] y para el cuerpo;[13] y que por un comportamiento grave, sabio, santo y ejemplar, procuren la gloria de Dios,[14] honra para sí mismas,[15] y preservar así aquella autoridad que Dios les ha confiado.[16]
[1] Colosenses 3:19; Tito 2:4; [2] 1 Samuel 12:23; Job 1:5; [3] 1 Reyes 8:55, 56; Hebreos 7:7; Génesis 49:28; [4] Deuteronomio 6:6, 7; [5] Efesios 6:4; [6] 1 Pedro 3:7; [7] 1 Pedro 2:14; Romanos 13:3; [8] Ester 6:3; [9] Romanos 13:3, 4 [10] Proverbios 29:15; 1 Pedro 2:14; [11] Job 29:12-17; Isaías 1:10, 17; [12] Efesios 6:4; [13] 1 Timoteo 5:8; [14] 1 Timoteo 4:12; Tito 2:3-5; [15] 1 Reyes 3:28; [16] Tito 2:15.
P. 130. ¿Cuáles son los pecados de los superiores?
R. Los pecados de los superiores son, además de la negligencia en los deberes exigidos de ellos,[1] un interés desordenado por sí mismos,[2] por su propia gloria,[3] comodidad, provecho y placer;[4] mandar cosas ilícitas[5] o que los inferiores no son capaces de cumplir;[6] aconsejarlos,[7] animarlos,[8] o favorecerlos en lo que es malo;[9] disuadirlos,[10] desanimarlos o no ayudarles en lo que es bueno;[11] corregirlos indebidamente;[12] exponerlos descuidadamente, o entregarlos a lo malo, a tentaciones y peligros;[13] provocarlos a ira, o cualquier manera de deshonrarse a sí mismos, o menoscabar su autoridad, por un proceder descuidado, injusto, indiscreto o riguroso.[14]
[1] Ezequiel 34:2-4; [2] Filipenses 2:21; [3] Juan 5:44; Juan 7:18; [4] Isaías 56:10, 11; Deuteronomio 17:17; [5] Daniel 3:4-6; Hechos 4:17, 18; [6] Éxodo 5:10-18; Mateo 23:2, 4; [7] Mateo 14:8 compárese con Marcos 6:24; [8] 2 Samuel 13:28; [9] 1 Samuel 3:13; [10] Juan 7:46-49; Colosenses 3:21; Éxodo 5:17; [11] 1 Pedro 2:18-20; Hebreos 12:10; Deuteronomio 25:3; [12] Génesis 38:11, 26; Hechos 18:17; [13] Efesios 6:4; [14] Génesis 9:21; 1 Reyes 12:13-16; 1 Reyes 1:6; 1 Samuel 2:29-31.
P. 131. ¿Cuáles son los deberes de los iguales?
R. Los deberes de los iguales son considerar la dignidad y mérito de cada uno,[1] prefiriendo, en cuanto a dar honra, a los demás;[2] y regocijarse por las cualidades y avances de los demás, como si fueran propios.[3]
[1] 1 Pedro 2:17; [2] Romanos 12:10; [3] Romanos 12:15, 16; Filipenses 2:3, 4.
P. 132. ¿Cuáles son los pecados de los iguales?
R. Los pecados de los iguales son, además de la negligencia en los deberes requeridos,[1] el menoscabo de la dignidad,[2] la envidia de los dones,[3] el pesar por el avance de la prosperidad de los otros,[4] y usurpar la preeminencia sobre los demás.[5]
[1] Romanos 13:8; [2] 2 Timoteo 3:3; [3] Hechos 7:9; Gálatas 5:26; [4] Números 12:2; Ester 6:12, 13; [5] 3 Juan 9; Lucas 22:24.
P. 133. ¿Cuál es la razón anexa al quinto mandamiento para darle mayor fuerza?
R. La razón anexa al quinto mandamiento y contenida en estas palabras, “Para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”[1] es una promesa expresa de larga vida y prosperidad, siempre que sirva a la gloria de Dios y al bien propio, hecha a todos los que guarden este mandamiento.[2]
[1] Éxodo 20:12; [2] Deuteronomio 5:16; 1 Reyes 8:25; Efesios 6:2, 3.
P. 134. ¿Cuál es el sexto mandamiento?
R. El sexto mandamiento es: “No matarás.” [1]
[1] Éxodo 20: 13.
P. 135. ¿Cuáles son los deberes exigidos en el sexto mandamiento?
R. Los deberes exigidos en el sexto mandamiento son todos los estudios cuidadosos y los esfuerzos lícitos para preservar nuestra propia vida,[1] y la de otros[2] por resistir todos los pensamientos y propósitos,[3] sometiendo las pasiones,[4] y evitando todas las ocasiones,[5] tentaciones[6] y prácticas, que tienden a quitar injustamente la vida de alguno;[7] por la justa defensa de la misma contra la violencia,[8] el paciente soportar la mano de Dios,[9] la quietud del ánimo,[10] alegría de espíritu,[11] sobrio uso de la comida,[12] bebida,[13] medicina,[14] sueño,[15] trabajo[16] y recreo;[17] por pensamientos caritativos,[18] amor,[19] compasión,[20] mansedumbre, dulzura y bondad;[21] por conversaciones y comportamientos pacíficos,[22] suaves y corteses;[23] paciencia, prontitud para reconciliarse, sobrellevando y perdonando las injurias y volviendo bien por mal;[24] consolando y socorriendo a los enfermos y protegiendo y defendiendo a los inocentes.[25]
[1] Efesios 5:28, 29; [2] 1 Reyes 18:4; [3] Jeremías 26:15, 16; Hechos 23:12, 16, 17, 21, 27; [4] Efesios 4:26, 27; [5] 2 Samuel 2:22; Deuteronomio 22:8; [6] Mateo 4:6, 7; Proverbios 1:10, 11, 15, 16; [7] 1 Samuel 24:12; 1 Samuel 26:9-11; Génesis 37:21, 22; [8] Salmo 82:4; Proverbios 24:11, 12; 1 Samuel 14:45; [9] Santiago 5:7-11; Hebreos 12:9; [10] 1 Tesalonicenses 4:11; 1 Pedro 3:3, 4; Salmo 37:8-11; [11] Proverbios 17:22; [12] Proverbios 25:16, 27; [13] 1 Timoteo 5:23; [14] Isaías 38:21; [15] Salmo 127:2; [16] Eclesiastés 5:12; 2 Tesalonicenses 3:10, 12; Proverbios 16:26; [17] Eclesiastés 3:4, 11; [18] 1 Samuel 19:4, 5; 1 Samuel 22:13, 14; [19] Romanos 13:10; [20] Lucas 10:33, 34; [21] Colosenses 3:12, 13; [22] Santiago 3:17; [23] 1 Pedro 3:8-11; Proverbios 15:1; Jueces 8:1-3; [24] Mateo 5:24; Efesios 4:2, 32; Romanos 12:17; [25] 1 Tesalonicenses 5:14; Job 31:19, 20; Mateo 25:35, 36; Proverbios 31:8, 9.
P. 136. ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el sexto mandamiento?
R. Los pecados prohibidos en el sexto mandamiento son, todo acto de quitar la vida a nosotros,[1] o a otros,[2] excepto en caso de justicia pública,[3] guerra justa,[4] o defensa necesaria;[5] el descuidar o retirar los medios lícitos y necesarios para preservar la vida;[6] ira pecaminosa,[7] odio,[8], envidia,[9] deseo de venganza;[10] todas las pasiones excesivas,[11] afanes turbadores;[12] uso inmoderado de la comida, bebida,[13] trabajo,[14] y distracciones;[15] palabras provocantes,[16] oprimir,[17] pelear,[18] golpear, herir,[19] y cualquier cosa que tienda a la destrucción de la vida de alguien.[20]
[1] Hechos 16:28; [2] Génesis 9:6; [3] Números 35:31, 33; [4] Jeremías 48:10; Deuteronomio 20:1; [5] Éxodo 22:2, 3; [6] Mateo 25:42, 43; Santiago 2:15, 16; Eclesiastés 6:1, 2; [7] Mateo 5:22; [8] 1 Juan 3:15; Levítico 19:17; [9] Proverbios 14:30; [10] Romanos 12:19; [11] Efesios 4:31; [12] Mateo 6:31, 34; [13] Lucas 21:34; Romanos 13:13; [14] Eclesiastés 12:12; Eclesiastés 2:22, 23; [15] Isaías 5:12; [16] Proverbios 15:1; Proverbios 12:18; [17] Ezequiel 18:18; Éxodo 1:14; [18] Gálatas 5:15; Proverbios 23:29; [19] Números 35:16-18, 21; [20] Éxodo 21:18-36.
P. 137. ¿Cuál es el séptimo mandamiento?
R. El séptimo mandamiento es, “No cometerás adulterio.” [1]
[1] Éxodo 20:14.
P. 138. ¿Cuáles son los deberes exigidos en el séptimo mandamiento?
R. Los deberes exigidos en el séptimo mandamiento son, castidad en mente, afectos,[1] palabras,[2] y comportamiento;[3] y la preservación de la misma en nosotros y otros;[4] vigilancia sobre los ojos y todos los sentidos;[5] temperancia,[6] mantener compañía casta,[7] modestia en el atavío;[8] matrimonio por aquellos que no tienen el don de continencia;[9] amor,[10] y cohabitación conyugales;[11] trabajo diligente en nuestras vocaciones;[12] evitar toda ocasión para la impureza, y resistir las tentaciones de la misma.[13]
[1] 1 Tesalonicenses 4:4; Job 31:1; 1 Corintios 7:34; [2] Colosenses 4:6; [3] 1 Pedro 2:3; [4] 1 Corintios 7:2, 35, 36; [5] Job 31:1; [6] Hechos 24:24, 25; [7] Proverbios 2:16-20; [8] 1 Timoteo 2:9; [9] 1 Corintios 7:2, 9; [10] Proverbios 5:19, 20; [11] 1 Pedro 3:7; [12] Proverbios 31:11, 27, 28; [13] Proverbios 5:8; Génesis 39:8-10.
P. 139. ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el séptimo mandamiento?
R. Los pecados prohibidos en el séptimo mandamiento, además de la negligencia en los deberes exigidos,[1] son adulterio, fornicación,[2] violación, incesto,[3] sodomía y toda pasión contra naturaleza;[4] todos los pensamientos, propósitos, imaginaciones y afectos impuros;[5] todas las conversaciones impuras, así como el escucharlas;[6] miradas lascivas,[7] comportamiento impúdico o ligero, atavío inmodesto;[8] prohibición de los matrimonios lícitos[9] y autorizar los ilícitos;[10] aceptar, tolerar, proteger burdeles o frecuentarlos;[11] enredarse con votos de vida célibe,[12] dilación indebida del matrimonio;[13] tener más de un cónyuge a la vez;[14] el divorcio injusto,[15] o la deserción;[16] la ociosidad, glotonería y borrachera,[17] compañías impuras,[18] cantos, libros, pinturas, bailes y teatros lascivos;[19] y todos los demás actos de impureza, o incitaciones a la misma, tanto tratándose de nosotros como de los demás.[20]
[1] Proverbios 5:7; [2] Hebreos 13:4; Gálatas 5:19; [3] 2 Samuel 13:14; 1 Corintios 5:1; [4] Romanos 1:24, 26, 27; Levítico 20:15, 16; [5] Mateo 5:28; Mateo 15:19; Colosenses 3:5; [6] Efesios 5:3, 4; Proverbios 7:5, 21, 22; [7] Isaías 3:16; 2 Pedro 2:14; [8] Proverbios 7:10, 13; [9] 1 Timoteo 4:3; [10] Levítico 18:1-21; Marcos 6:18; Malaquías 2:11, 12; [11] 1 Reyes 15:12; 2 Reyes 23:7; Deuteronomio 23:17, 18; Levítico 19:29; Jeremías 5:7; Proverbios 7:24-27; [12] Mateo 19:10, 11; [13] 1 Corintios 7:7-9; Génesis 38:26; [14] Malaquías 2:14, 15; Mateo 19:5; [15] Malaquías 2:16; Mateo 5:32; [16] 1 Corintios 7:12, 13; [17] Ezequiel 16:49; Proverbios 23:30-33; [18] Génesis 39:19; Proverbios 5:8; [19] Efesios 5:4; Ezequiel 23:14-16; Isaías 23:15-17; Isaías 3:16; Marcos 6:22; Romanos 13:13; 1 Pedro 4:3; [20] 2 Reyes 9:30; Jeremías 9:30; Ezequiel 23:40.
P. 140. ¿Cuál es el octavo mandamiento?
R. El octavo mandamiento es: No hurtarás, [1]
[1] Éxodo 20:15.
P. 141. ¿Cuáles son los deberes exigidos en el octavo mandamiento?
R. Los deberes exigidos en el octavo mandamiento son la verdad, fidelidad y justicia en los contratos y en el comercio entre hombre y hombre,[1] pagando a cada uno lo que le es debido;[2] la restitución de los bienes que han sido quitados ilícitamente a sus legítimos propietarios;[3] dar y prestar gratuitamente, conforme a nuestras posibilidades y las necesidades de los otros;[4] la moderación en nuestros juicios, voluntades y afectos respecto a los bienes mundanos;[5] un cuidado prudente en adquirir,[6] guardar, usar y disponer de aquellas cosas que son necesarias y convenientes para el sostén de nuestra naturaleza y que son apropiadas a nuestra condición;[7] un trabajo lícito,[8] y la diligencia en él;[9] la frugalidad,[10] evitar juicios innecesarios,[11] fianzas o compromisos semejantes;[12] y el esfuerzo, por todos los medios lícitos y justos, para procurar, preservar y acrecentar las riquezas y bienestar de otros, tanto como de nosotros.[13]
[1] Salmo 15:2, 4; Zacarías 7:4, 10; Zacarías 8:16, 17; [2] Romanos 13:7; [3] Levítico 6:2-5; Lucas 19:8; [4] Lucas 6:30, 38; 1 Juan 3:17; Efesios 4:28; Gálatas 6:10; [5] 1 Timoteo 6:6-9; [6] 1 Timoteo 5:8; [7] Proverbios 27:23, 24; Eclesiastés 2:24; Eclesiastés 3:12, 13; 1 Timoteo 6:17, 18; Isaías 38:1; Mateo 11:8; [8] 1 Corintios 7:20; Génesis 2:15; Génesis 3:19; [9] Efesios 4:28; Proverbios 10:4; [10] Juan 6:12; Proverbios 21:20; [11] 1 Corintios 6:1-6 [12] Proverbios 6:1-6; Proverbios 11:15; [13] Levítico 25:35; Deuteronomio 22:1-4; Éxodo 23:4, 5; Génesis 47:14, 20; Filipenses 2:4; Mateo 22:39.
P. 142. ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el octavo mandamiento?
R. Los pecados prohibidos en el octavo mandamiento, además de la negligencia en los deberes requeridos,[1] son, el robo,[2] salteamiento,[3] secuestro,[4] así como el recibir una cosa robada;[5] comercio fraudulento,[6] pesas y medidas falsas,[7] quitar linderos,[8] injusticia e infidelidad en los contratos entre hombres,[9] o en asuntos de créditos;[10] opresión,[11] extorsión,[12] usura,[13] sobornos,[14] litigios vejatorios,[15] la depredación y destrucción de los linderos;[16] acaparar los bienes para alzar el precio;[17] trabajos ilegales,[18] y todos los demás modos injustos y pecaminosos para tomar o quitar lo que pertenece a nuestro prójimo, o para enriquecernos;[19] la codicia;[20] aprecio y afecto desmedidos hacia los bienes mundanales;[21] cuidados distraídos y desconfiados para adquirir, guardar y usar de dichos bienes;[22] envidiar la prosperidad de otros;[23] asimismo la ociosidad,[24] prodigalidad, juegos de azar; y todas las maneras por las cuales perjudicamos indebidamente nuestro estado externo,[25] así como privarnos del uso debido y las comodidades del estado en que Dios nos puso.[26]
[1] Santiago 2:15, 16; 1 Juan 3:17; [2] Efesios 4:28; [3] Salmo 62:10; [4] 1 Timoteo 1:10; [5] Proverbios 29:24; Salmo 50:18; [6] 1 Tesalonicenses 4:6; [7] Proverbios 11:1; Proverbios 20:10; [8] Deuteronomio 19:14; Proverbios 23:10; [9] Amos 8:5; Salmo 37:21; [10] Lucas 16:10-12; [11] Ezequiel 22:29; Levítico 25:17; [12] Mateo 23:25; Ezequiel 22:12; [13] Salmo 15:5; [14] Job 15:34; [15] 1 Corintios 6:6-8; Proverbios 3:29, 30; [16] Isaías 5:8; Miqueas 2:2; [17] Proverbios 11:26; [18] Hechos 19:19, 24, 25; [19] Job 20:19; Santiago 5:4; Proverbios 21:6; [20] Lucas 12:15; [21] 1 Timoteo 6:5; Colosenses 3:2; Proverbios 23:5; Salmo 62:10; [22] Mateo 6:25, 31, 34; Eclesiastés 5:12; [23] Salmo 73:3; Salmo 37:1, 7; [24] 2 Tesalonicenses 3:11; Proverbios 28:9; [25] Proverbios 21:17; Proverbios 23:20, 21; Proverbios 28:19; [26] Eclesiastés 4:8; Eclesiastés 6:2; 1 Timoteo 5:8.
P. 143. ¿Cuál es el noveno mandamiento?
R. El noveno mandamiento es: No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.[1]
[1] Éxodo 20:16.
P. 144. ¿Cuáles son los deberes exigidos en el noveno mandamiento?
R. Los deberes exigidos en el noveno mandamiento son el preservar y promover la verdad entre los hombres,[1] y la buena fama del prójimo, así como la nuestra; [2] testificar la verdad y mantenerla;[3] y hablar de corazón,[4] sinceramente,[5] libremente,[6] claramente[7] y plenamente,[8] la verdad, y solamente la verdad, en cuestiones de juicio y justicia,[9] así como en cualquier otro asunto;[10] una estima caritativa hacia nuestro prójimo;[11] amando, deseando y regocijándonos por su buen nombre;[12] entristeciéndonos por sus debilidades,[13] y ocultándolas;[14] reconociendo libremente sus dones y cualidades,[15] defendiendo su inocencia;[16] prontitud para recibir un buen informe,[17] y falta de disposición para creer un mal rumor,[18] acerca de ellos; disuadiendo a los chismosos,[19] aduladores[20] y calumniadores;[21] un amor y cuidado por nuestro nombre defendiéndolo siempre que sea necesario;[22] guardando las promesas lícitas,[23] estudiando y practicando todas las cosas que son verdaderas, honestas, amables y que dan buena reputación.[24]
[1] Zacarías 8:16; [2] 3 Juan 12; [3] Proverbios 31:8, 9; [4] Salmo 15:2; [5] 2 Crónicas 19:9; [6] 1 Samuel 19:4, 5; [7] Josué 7:19; [8] 2 Samuel 14:18-20; [9] Levítico 19:15; Proverbios 14:5, 25; [10] 2 Corintios 1:17, 18; Efesios 4:25; [11] Hebreos 6:9; 1 Corintios 13:7; [12] Romanos 1:8; 2 Juan 4; 3 Juan 3, 4; [13] 2 Corintios 2:4; 2 Corintios 12:21; [14] Proverbios 17:9; 1 Pedro 4:8; [15] 1 Corintios 1:4, 5, 7; 2 Timoteo 1:4, 5; [16] 1 Samuel 22:14; [17] 1 Corintios 13:6, 7; [18] Salmo 15:3; [19] Proverbios 25:23; [20] Proverbios 26:24, 25; [21] Salmo 101:5; [22] Proverbios 22:1; Juan 8:49; [23] Salmo 15:4; [24] Filipenses 4:8.
P. 145. ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el noveno mandamiento?
R. Los pecados prohibidos en el noveno mandamiento son todo perjuicio contra la verdad y buen nombre tanto nuestro como del prójimo,[1] especialmente delante de los tribunales públicos;[2] dar falso testimonio,[3] sobornar testigos falsos,[4] y a sabiendas testificar y abogar por una mala causa, confrontando y doblegando la verdad;[5] dictar sentencias injustas,[6] llamar malo a lo bueno y bueno a lo malo; recompensar al malo conforme a la obra del justo, y al justo conforme a la obra del malo;[7] falsificar,[8] ocultar la verdad, silencio indebido en una causa justa,[9] y el quedarnos quietos cuando debemos denunciar la iniquidad,[10] o quejarnos a otros;[11] hablar la verdad fuera de tiempo[12] o maliciosamente por lograr un fin perverso,[13] pervertirla con una significación errónea,[14] o expresarla de manera dudosa o equívoca, en perjuicio de la verdad y la justicia;[15] hablar falsedades,[16] mentir,[17] calumniar,[18] murmurar,[19] detractar,[20] circular bulos,[21] cuchichear,[22] ridiculizar,[23] ultrajar,[24] y censuras precipitadas,[25] toscas [26] y parciales;[27] malinterpretar intenciones, palabras y acciones;[28] adular,[29] la jactancia de vanagloria,[30] pensar o hablar demasiado alto y bajo de nosotros o de los demás;[31] negar los dones y gracias de Dios;[32] aumentar las pequeñas faltas;[33] ocultar, excusar o atenuar los pecados cuando somos llamados a hacer confesión de ellos;[34] descubrir sin necesidad las debilidades;[35] levantar falsos rumores,[36] recibir y patrocinar malas especies,[37] y cerrar nuestros oídos a la justa defensa;[38] malas sospechas;[39] la envidia o la tristeza por el merecido crédito de otro,[40] procurar o desear menoscabarlo,[41] regocijarse por su desgracia o infamia;[42] el desprecio insolente,[43] una admiración vana;[44] quebrantar promesas lícitas;[45] descuidar cosas tales como la buena reputación,[46] y practicar o no evitar nosotros mismos, o no impedir lo que podamos en los demás, las cosas que procuran mala fama.[47]
[1] 1 Samuel 17:28; 2 Samuel 16:3; 2 Samuel 1:9, 10, 15, 16; [2] Levítico 19:15; Habacuc 1:4; [3] Proverbios 19:5; Proverbios 6:16, 19; [4] Hechos 6:13; [5] Jeremías 9:3, 5; Hechos 24:2, 5; Salmo 12:3, 4; Salmo 52:1-4; [6] Proverbios 17:15; 1 Reyes 21:9-14; [7] Isaías 5:23; [8] Salmo 119:69; Lucas 19:8; Lucas 16:5-7; [9] Levítico 5:1; Deuteronomio 13:8; Hechos 5:3, 8, 9; 2 Timoteo 4:6; [10] 1 Reyes 1:6; Levítico 19:17; [11] Isaías 59:4; [12] Proverbios 29:11; [13] 1 Samuel 22:9, 10 compárese con Salmo 52, el título y versos 1-5; [14] Salmo 56:5 compárese con Mateo 26:60, 61; [15] Génesis 3:5; Génesis 26:7, 9; [16] Isaías 59:13; [17] Levítico 19:11; Colosenses 3:9; [18] Salmo 50:20; [19] Salmo 15:3; [20] Santiago 4:11; Jeremías 38:4; [21] Levítico 19:16; [22] Romanos 1:29, 30; [23] Génesis 21:9; Gálatas 4:29; [24] 1 Corintios 6:10; [25] Mateo 7:1; [26] Hechos 28:4; [27] Génesis 38:24; Romanos 2:1; [28] Nehemías 6:6-8; Romanos 3:8; Salmo 69:10; 1 Samuel 1:13- 15; 2 Samuel 10:3; [29] Salmo 12:2, 3; [30] 2 Timoteo 3:2; [31] Lucas 18:9, 11; Romanos 12:16; 1 Corintios 4:6: Hechos 12:22; Éxodo 4:10-14; [32] Job 27:5, 6; Job 4:6; [33] Mateo 7:3-5; [34] Proverbios 28:13; Proverbios 30:20; Génesis 3:12, 13; Jeremías 2:35; 2 Reyes 5:25; Génesis 4:9; [35] Génesis 9:22; Proverbios 25:9, 10; [36] Éxodo 23:1; [37] Proverbios 29:12; [38] Hechos 7:56, 57; Job 31:13, 14; [39] 1 Corintios 13:5; 1 Timoteo 6:4; [40] Números 11:29; Mateo 21:15; [41] Esdras 4:12, 13; [42] Jeremías 48:27; [43] Salmo 35:15, 16, 21; Mateo 27:28, 29; [44] Judas 16; Hechos 12:22; [45] Romanos 1:31; 2 Timoteo 3:3; [46] 1 Samuel 2:24; [47] 2 Samuel 13:12, 13; Proverbios 5:8, 9; Proverbios 6:33.P.
146. ¿Cuál es el décimo mandamiento?
R. El décimo mandamiento es: No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo ni su criada, ni su buey, ni su as no, ni cosa alguna de tu prójimo.[1]
[1] Éxodo 20:17.
P. 147. ¿Cuáles son los deberes exigidos en el décimo mandamiento?
R. Los deberes exigidos en el décimo mandamiento son el pleno contentamiento con nuestra propia condición,[1] y una tal disposición caritativa de toda el alma para con nuestro prójimo, que todas nuestras emociones y afectos internos hacia él, sirvan para su bien, y lo promuevan.[2]
[1] Hebreos 13:5; 1 Timoteo 6:6; [2] Job 31:29; Romanos 12:15; Salmo 122:7-9; 1 Timoteo 1:5; Ester 10:3; 1 Corintios 13:4-7.
P. 148. ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el décimo mandamiento?
R. Los pecados prohibidos en el décimo mandamiento son el descontento con nuestro propio estado,[1] la envidia[2] y tristeza por el bien de nuestro prójimo,[3] juntamente con todas las emociones y afectos desordenados por cualquier cosa que sea suya.[4]
[1] 1 Reyes 21:4; Ester 5:13; 1 Corintios 10:10; [2] Gálatas 5:26; Santiago 3:14, 16; [3] Salmo 112:9, 10; Nehemías 2:10; [4] Romanos 7:7, 8; Romanos 13:9; Colosenses 3:5; Deuteronomio 5:21.
P. 149. ¿Puede algún hombre guardar perfectamente los mandamientos de Dios?
R. Ningún hombre es capaz, ni por sí mismo,[1] ni por alguna gracia recibida en esta vida, de guardar perfectamente los mandamientos de Dios;[2] sino que diariamente los quebranta en pensamiento,[3] palabra y obra.[4]
[1] Santiago 3:2; Juan 15:5; Romanos 8:3; [2] Eclesiastés 7:20; 1 Juan 1:8, 10; Gálatas 5:17; Romanos 7:18, 19; [3] Génesis 6:5; Génesis 8:21; [4] Romanos 3:9-19; Santiago 3:2-13.